Chapter 8: ¡Quiero mi cuerpo!
Se alejaron de aquel amasijo de hierros que, seguramente, estaba a punto de explotar.
Si, se habían estrellado, pero justamente en las canchas del Seigaku sin ninguna victima oficial (Sakuno no cuenta). Se dirigieron a la asesoría de la escuela y Kaidoh (Tezuka) explicó que la causa por las faltas de asistencia fue un repentino campeonato muy importante que les fue ineludible. Después de desprender su aura amarilla, todo el claustro de profesores le creyó y pudieron irse, agotados, despeinados y hartos de tantas gilipolleces a casa de Inui, donde este prepararía el maldito jugo definitivo.
No tenían ganas de caminar. Arrastraban los pies como unos adolescentes que han estado de juerga por toda la semana, sin dormir y con algo peor a la resaca. Nadie se explicaba como es que Oishi (Fuji) tenia el valor de sonreír todavía.
La casa Inui estaba vacía, con 47 mensajes en la contestadora esperando ser escuchados.
-Acabemos con esto...-Dijo Inui (Ryoma), dejándose caer en el sofá.
Eiji (Kaidoh) fue a la cocina, en ayuda de Momo (Inui), que seguía los ingredientes de su libreta al pie de la letra. Los demás intentaban no caer dormidos jugando al piedra, papel, tijera. (¿?)
-¿Que será lo primero que hagas cuando regreses a la normalidad, sempai?-Preguntó Eiji (Kaidoh), jugando con la frutilla fucsia.
Momo (Inui) lo miró de reojo y sonrió.
-Besarte-Susurró en su oído, ante el sonrojo excesivo de la carita de Eiji.
-Hey, es verdad... ¿Que es lo primero que haréis?-Preguntó también Fuji (Momo).
-¡Abrazar a mi osito!-Saltó Tezuka (Eiji).
-Y yo al mio-Dijo Ryoma (Oishi), mirando enternecido a Tezuka (Eiji).
-Decir mada mada dane con mi voz-Dijo muy serio Inui (Ryoma).
-¡Y yo me alejaré de Fuji Yuuta!-Levantó los brazos en gloria Fuji (Momo).
-Oh... Pues yo no se...-Mirada insinuadora de Oishi (Fuji) al cuerpo de Tezuka. La cara de su hermano también se le vino a la mente.
-¿Y tu, Buchou?
-Mandar a Inui a correr cien vueltas a la ciudad bajo el abrazador sol del verano-Dijo tan convencido que a Momo (Inui) se le erizó todo el pelo.
-Bi...bien, esto esta... listo...-Dudaba si dárselo. No quería correr tanto. Cada uno recibió su vaso. Momo (Inui), muy a su pesar, sirvió.
-Chicos-Se levantó Kaidoh (Tezuka)-no diré nada para no alargar la espera. ¡Salud!
-¡Salud!-Y bebieron todos a la vez.
.......
-¡¡Dios, que ascoo!!-Corrió al baño Inui (Ryoma).
Todos los demás le siguieron segundos después. Incluso Oishi (Fuji) arrugó un poco el entrecejo, pero no se movió del sillón.
A la media hora, cuando regresaron, Momo (Inui) servia mas jugo.
-¿Que te crees que haces?
-Me parece obvio que el zumo no hará efecto si lo vomitáis. ¡Salud!-Y volvió a beber.
Los demás, mas furiosos con el que nunca, le dieron la razón a regañadientes y tomaron.
-La ultima vez tardo toda una noche en surtir efecto. Deberíamos iremos a casa, por nuestros padres y eso...-Razonó Ryoma (Oishi).
-Estoy de acuerdo -Reprimía las ganas de vomitar Tezuka (Eiji).
-No manchemos aun mas nuestra reputación-De levantó Kaidoh (Tezuka), dispuesto a salir -Mañana por la mañana nos reuniremos en el club con nuestros propios cuerpos. O eso espero, por tu bien, Inui.
-Jajaja -Risa nerviosa-Ya veréis que esta vez si....
Y cada cual, a comer a su chabola.
************
De camino a casa, el cielo se teñía poco a poco de naranja.
Ryoma (Oishi) y Tezuka (Eiji) habían quedado a solas mientras caminaban frente a un parque, aunque no compartían la misma dirección.
-Eiji...
-¿Nya?
-¿Sabes que dentro de dos meses es nuestro aniversario?-Preguntó Ryoma (Oishi), levantando la vista para mirar a los ojos a Tezuka (Eiji).
-¿Si? ¡Vaya, que bien llevas la cuenta!-Ryoma se detuvo, sujetándole la mano-¿Oishi?
-Veras... -Sonrojo- Me... me hace muy feliz que te hayas quedado a mi lado todo este tiempo...
Sonrojo de Tezuka (Eiji), que rió nerviosamente mientras continuaba avanzando unos metros ante Ryoma (Oishi).
-¡Pero que dices! ¡Esas cosas, viniendo del O´chibi me dan vergüenza!
-Pero soy yo-Continuó caminando tras el Ryoma (Oishi), hablando entre susurros que a Tezuka (Eiji) le parecieron demasiado sensuales-Soy yo el que te quiere abrazar ahora mismo hasta romperte. Soy yo el que quiere besarte hasta dejarte sin aire. Y soy yo quien se muere por hacerte el amor aquí mismo.
Tezuka (Eiji) se detuvo en seco, sonrojado hasta la raíz del pelo. Tragó saliva y se giró, sobresaltando a Ryoma (Oishi).
-¿Eiji?-El otro se limitó a bajar la mirada-¿He dicho algo que no debería?-Se preocupó-Eiji...
El mayor levantó la mirada y Ryoma (Oishi) creyó ver fuego en ella. Tezuka (Eiji) lo cogió firmemente por la muñeca y lo arrastró a las profundidades del parque, entre unos abetos y un árbol grueso.
-¡Eiji! ¡Esper...!-Tezuka (Eiji) lo besó mientras se sentaba sobre el.
-No me pidas que espere después de haberte oído decir todo eso.
-...-Ryoma (Oishi) sonrió y correspondió las caricias del otro.
Fuji (Momo) llegaba a su casa, donde tuvo que tocar la puerta al no tener la llave. Le abrió su pesadilla encarnada en cuerpo humano: Yuuta Fuji.
-¡Bienvenido, aniki!-Le abrazó. O eso quiso, cuando el cuerpo de su hermano se apartó y entró a la carrera al salón. Donde vio a un tipo que le resultó bastante familiar. Traía el uniforme de Saint. Rudolph, el pelo medio ondulado y bebía te con la piernas cruzadas y unos gestos que le hicieron preguntarse si no era familiar de Atobe.
-Fuji Syuusuke...-Dijo con bastante odio, aunque sonrió burlón después-Hace tiempo que quería verte. Muero por jugar contra ti de nuevo.
-¿Ah, si?-Avanzó a la cocina. Se moría de hambre.
Yuuta no palpó la tensión que normalmente se respiraba cuando su hermano se encontraba con Mizuki. Muy al contrario. Parecia que a Syuusuke le diera exactamente igual que estuvieran solos en casa antes de llegar el; cuando lo mas frecuente es que pasaran otras cosas mas...violentas.
Frunció el ceño. El plan era que su hermano estuviera tan cegado por los celos que no tuviera mas remedio que dejarle claros sus lazos de propiedad en la cama. Pero aquello no iba bien.
-¿Sabes, aniki? Mizuki-san dice que debería trabajar mas el refuerzo de los brazos. Quizás me quede con el un par de días para que me ayude con el "ejercicio".
-Estupendo-Se oyó a Fuji (Momo), cuya mayor prioridad en aquel momento era rellenar con bastantes ingredientes un sándwich de tres pisos.
-...¿Te parece buena idea?
-Si-Contestaba por inercia.
-¿Que me quede NOCHES con Mizuki-san?
-Me da igual.¡Ah!-Reaccionó de repente. Y Yuuta albergó una esperanza.
-¿Que pasa, hermano?
-¿Donde esta la sal?-A Yuuta se le llenó la cara de venas.
-En la primera puerta...-Voz crispada por la rabia-Entonces, me iré con el.
-Si, si. Diviértete...-Echó la sal, cogió el desproporcionado bocadillo y se sentó a la mesa a comer, ante la mirada de asco de Mizuki.
Oishi (Fuji) había llegado también a la casa del subcapitan. Saludó a sus padres cortésmente y fue directo a la ducha. Quería irse a dormir lo antes posible. Se relajó con la bañera llena hasta arriba de agua y espuma del jabón. El cuerpo de Oishi tenia una ventaja: que el pelo no le molestaba tanto.
Después de relajarse por mas de una hora, salió en albornoz y subió a la habitación. Cerró la puerta mientras se secaba la cabeza y miro a la pecera, llena de pirañas que le mostraban los dientes, amenazándole.
-¡Que lindas!-Exclamó entonces, sentandose en la cama. Quedó pensativo unos instantes y una idea de las suyas traspasó su cerebro. Soltó una risita y se quitó el albornoz, observando todo lo que podía la desnudez de un cuerpo que no era suyo.
Oishi no tenia la piel muy oscura, pero era sin duda mas oscura que la suya. Sus brazos no era tan finos en comparación con los de su hermano y su musculatura era perfecta.
Rozó con mil intenciones su muslo, de abajo a arriba con la yema de sus dedos. Era suave, duro y bien definido. Pensó que Eiji se alimentaba de un buen animal. Y tuvo otra idea. Rebuscó entre las sabanas y la almohada, donde encontró la foto del pelirrojo; vestido con el uniforme del Seigaku y guiñando un ojo con la señal de victoria en los dedos.
Se levantó y vio algo moverse por los bajos...
-Oh...Parece que el cuerpo de Oishi reacciona instintivamente, jujujuju...-Y miró con sus ojos abiertos la pecera.
Momo (Inui) se había detenido en un paseo del parque, bastante cerca de la casa de Momoshiro, revisando todos los datos de su libreta desde el día del intercambio. Aún no se explicaba aquello. Le dio vueltas a la cabeza hasta que dolió.
-¿Que haces?-Se asomó una cabeza, la cual le hizo sombra y le impidió seguir leyendo. Cuando fue a comprobar de quien se trataba, dio tan tremendo salto que se cayó del banco.
-¡Tu!-Señaló a Kamio, que traía a la espalda su mochila con sus raquetas.
-Que ordinario. No hace falta que reacciones así-Se sentó en el banco, dejando la mochila entre sus piernas. Con desconfianza, Momo (Inui) volvió a su sitio, lo mas alejado de el que pudo.
....Momentos de tensión absoluta y asfixiantes.
-Oye...-Comenzó Kamio. Momo (Inui) se tensó.
-¿...Que?
-Tu me gustas.
-....-Momo (Inui) se sorprendo de lo natural que había sido aquella confesión. Kamio no estaba nervioso, ni asustado por la reacción que tendría. Solo que no despegaba sus ojos de sus deportivas.
-No tienes que contestarme nada ahora, solo quería que lo supieras-Comenzó a balancear los pies, como un niño pequeño.
Inui no podía creer que Momo fuera tras Ryoma; que se notaba demasiado que no le hacia el menor caso, cuando tenia a alguien así tras el. Abrió la libreta y lo apuntó. Sin embargo, Kamio parecía no haber terminado de hablar.
-Es que cuando te vi...
-Espera-Le cortó Momo (Inui), apuntando aun-Yo no soy la persona a quien deberías decirle eso.
-¿Que? ¡Claro que eres tu, estúpido! ¡Y atiéndeme, me estoy declarando!
-Si, lo se. Solo espera un poco, ¿quieres?... Dime tu numero.
-¿Mi numero?
-De teléfono. Dámelo-Espero con el bolígrafo en el aire, rozando la pagina de la libreta.
-Ah, si...-Y se lo dio (Por motivos de privacidad a los actores de Prince of Tennis, no pondremos dicho numero...)
Momo (Inui) escribió durante un rato mas, exasperando a Kamio.
-¿Puedo seguir confesándome ya?
-No.
-¡Pues no estaré todo el día aquí por ti!
-Solo espera.
Y el sol continuaba bajando...
Eiji (Kaidoh) no se sentía con ánimos de practicar sus tiros en el jardín. Se metió en la casa, comió algo, se dio un baño rápido y se tumbó en la cama, sobre el gran oso de su sempai, abrazándolo como si se tratase de Inui.
-Sempai...-Suspiró, casi siseando. Froto su cara con la oreja del peluche, produciendole un cosquilleo agradable. Le acarició con la mano, admirando aquel tacto suave. Y volvió a recordar a Inui.
Algo entre las profundidades de sus piernas estaba demasiado animado para su estado físico, frotándose con la tela de la ropa interior y con la increíblemente suave pata del osito. Y es que no se había puesto el pijama tan...femenino que Eiji tenia en el armario, así que optó por una camisa larga de mangas a mitad del brazo.
Hacia ya unas semanas que no lo había hecho con Inui; a saber por que razones. Con todo el ajetreo no lo recordaba.
Su propia pregunta le abordó los pensamientos."¿Que es lo primero que harás cuando regreses a la normalidad?".
La respuesta de Inui también resonó: "Besarte"
-...Yo haré algo mas que besarte, sempai...-Dijo, frotando su cara aun contra el tejido del peluche. E inconscientemente, también había comenzado un vaivén con las caderas...
Kaidoh (Tezuka) había pasado a la acción nada mas llegar a casa. Se desvistió,se metió bajo la ducha de agua caliente y exhaló un suspiro de placer. Quería regresar a su vida cuanto antes y recuperar su normalidad. Sobre la marcha, pensaba en nuevas normas del club, como por ejemplo la prohibición total de los zumos Inui y el entrenamiento tortuoso que le pensaba poner al chico de lentes como castigo; aparte de las cien vueltas por la ciudad, las cuales se aseguraría que corriera.
Se apoyó en las baldosas de la pared, tranquilo por una vez desde que aquello había comenzado.
Se le escapó un siseo y se llevó los dedos a los labios. Besar labios tan calientes y gruesos debería sentirse tan bien. Mas que bien, seria adictivo... Introdujo su dedo indice en la boca, sin perder detalle de la textura de aquella obsesión.
Se imaginó algo inimaginable para un chico serio y centrado como el. Como aquellos labios tentadores envolvían su miembro en lugar de aquel insípido dedo... Como alguien gemía su nombre y le rogaba...
Tezuka era del tipo de persona que pensaba en muchas posibilidades a la hora de cumplir una fantasía. O así había sido hasta que el prodigioso novato apareció en el Seigaku.
El novato y su pequeña y vulnerable estatura. El novato y su arrogancia desmesurada. El novato con dulce nombre: Ryoma Echizen. Rememoró cuando lo reto a un partido. Como aquel cuerpecillo se esforzaba por devolverle los golpes y como soltaba un gemidito al golpear la pelota. Todo aquello era tan....excitante.
Se llevo la mano a la entrepierna...Pero no vio correcto continuar estando en el cuerpo de un Kouhai.
Aunque dicho Kouhai tuviera aquello malditos y apetitosos labios.
-...Echizen...
Inui (Ryoma) estornudó en la habitación.
No se había duchado, ni le interesaba hacerlo, pues prefería que el cuerpo enigmático de su sempai siguiera siendo un enigma. Al menos para el. Quería dormirse y que al despertar estuviera con Karupin acurrucado a un lado, que el despertador sonara, para luego ser apagado y que llegase tarde a la reunión del club.
Se estiró. Y algo llamó su atención entre los volúmenes del escritorio de Inui. Una segunda libreta verde. Frunció el ceño y la cogió; la cual tenia una inscripción en cursiva: Datos personales Seigaku.
Curioso, y para rematar esos cinco minutos que duraría despierto, se fue a la cama y la abrió.
·Datos recogidos el día X del mes X:
“En las duchas, me he fijado en un detalle que puede que muchos no sepan. Nuestro recatado capitán tiene una pequeña obsesión con sus pezones.”
Ryoma abrió los ojos como platos.
“Me he fijado en que sus ojos se dilatan y se ruboriza minimamente cuando los acaricia en un descuido, o cuando se enjabona el cuerpo.
También he descubierto que Eiji tiene una marca de nacimiento en el muslo, bajo el trasero...”
-¿Que clase de datos...?-Frunció los labios en una sonrisa forzada Inui (Ryoma)-Menudo buen ejemplo, sempai...-Y retomó su lectura:
“Nuestro nuevo titular, el novato Echizen, posee un cuerpo que define su inocencia y castidad a la perfección. Creo que eso le traerá problemas en un futuro...”
Ryoma frunció el ceño e hizo nota mental de no volver a bañarse en las duchas del Seigaku. Pasó la pagina y leyó de nuevo:
“A mi pequeño Kaoru le gustan las cosas lindas, pese a que todos digan que el es atemorizante. Pienso que se ve como un pequeño gatito cuando le veo haciendo xxxx con mi xxxx, para luego entregarnos en un sin fin de xxxxx...”
-...-Inui (Ryoma) lanzó la libreta lejos de si. Luego comenzó a reírse sin control. ¿¡Kaidoh un pequeño que!?
El reloj marcó las ocho al tiempo que los muchachos terminaban de hacer lo que ya se ha explicado. Y una estrella fugaz (Muy, muy fugaz) surcó el cielo. El silencio fue repentino y duro cinco segundos justos. Luego, volvieron a escucharse el rugir de los coches y los perros ladrando por todo el vecindario.
Pero no fue eso lo único que se oyó...
-¿¡BUCHOU!?
-¿¡ECHIZEN!?
Ryoma había abierto los ojos ante aquella oscuridad. Y, en lugar de estar en la habitación de Inui riéndose de sus perversidades, se encontraba casi desnudo frente a Tezuka, que estaba sentado apoyado en un árbol en el parque.
Tezuka estaba reteniendo las ganas de descargarse en casa de Kaidoh cuando de repente sintió una brisa fría, parpadeó y estaba frente a un Ryoma casi desnudo, mirándole con los ojos desorbitados. Se miró a si mismo y vio que estaba a medio desvestir también.
El pequeño se levantó, completamente avergonzado, con la intención de irse mientras pretendía recoger su ropa y abrocharse el pantalón al mismo tiempo. Tezuka se inclinó hacia delante y lo tomó del brazo, atrayendolo de nuevo al suelo en un abrazo.
-Espera, Echizen...-Intentó hablar. Pero el niño lo empujaba, con el rostro al rojo vivo y ligeras lagrimas en los ojos.
-¡Suéltame!...De-dejame ir...
-No. He esperado mucho tiempo para tenerte entre mis brazos...Ryoma-Dijo el capitán, estrechando mas el cuerpo del menor y depositando un beso casto en su cabello. Ryoma dejo de resistirse. Alzó una mirada de ojos brillantes y enfrento al capitán. Su nombre sonaba tan bien con la voz de Tezuka...
-...-Quiso decir algo, pero los labios de su capitán sellaron los suyos. Tras una leve impresión, cerró sus ojos y correspondió el beso.
Y en casa de los Fuji...
-¿ME HAS OÍDO BIEN, ANIKI?-Chillaba Yuuta-¡Estoy saliendo con Mizuki! ¡Y que sepas que tenemos sexo todas las noches!
Fuji miró a su hermano. Luego miró al sofá de enfrente, donde un Mizuki se limpiaba después de haberse atragantado. Volvió a mirar a su hermano pequeño, que respiraba agitado de pie junto a el.
-¿Que has dicho?-Preguntó, y su hermano volvió a sentir aquella extraña frialdad que su hermano desprendía.
-Pu-pues lo que has oído... Mizuki-san y yo...
-¿Es eso verdad?-Frunció el ceño, mirando a Mizuki.
-Bueno...-Fingía el otro. Lo que fuera para molestar al Fuji mayor.
Después de una expresión neutra, Fuji sonrió, se levantó, cogió sin cuidado alguno a Mizuki por la camisa del uniforme y lo arrastró a la salida. Abrió la puerta y lo echó de la casa. Mizuki, muy molesto, lo miró con absoluto odio.
-¡Gracias por venir!-Dijo un sonriente Syuusuke, cerrando de un portazo.
-Ah... herma...-Yuuta apretó los labios y cayó al verse a su hermano avanzar hacia el, serio e imponente.
-Vamos arriba-Ordenó.
-P-pero era mentira. Mizuki-san y yo...-Se interrumpió de nuevo al ver los ojos azules de su hermano escrutándolo.
-Se que es mentira. Pero eso no te quita la culpa de haberlo imaginado-Lo cogió por la muñeca y se lo llevó a la habitación.
-¡Pero si eras tu el que actuaba de forma extraña!
-Bueno, ahora te demostraré que soy yo.
Y se encerraron en la habitación del Fuji mayor...
Y en casa de Oishi....
-¡¡AHHHHHHH!! ¡Pirañaaaas!... Espera, ¿¡Pirañas!? ¿Donde están mis peces?-Oishi miraba despavorido como una mini piraña le mordisqueaba el dedo. Agitó la mano y la tiro por la ventana. Luego vio que en esa misma mano sostenía la foto de Eiji, la cual querían comerse cuatro grandes pirañas con cara de Yakuzas sedientos de sangre. Volvió a agitar la mano.
-¡¡La foto de Eiji no!! ¡Suelta, suelta, SUELTA YAAA!-Pero no pudo hacer nada. Los fieros peces se llevaron la foto a la profundidad de la pecera, que por cierto, estaba sucia-¿Eiji?-Miró a ambos lados. Hace dos segundos estaba mordiendo su delicado cuello, (aunque fuese el de Tezuka realmente) y ahora estaba en su habitación. Miró hacia abajo y se topó con su erección. Se tapó con las manos, sonrojado, preguntándose porque diablos estaba desnudo.
Cogió algo de ropa del armario y salio de casa.
Y donde Momo...
-...cruel! ¡Así que si no quieres saber nada de mi, no me tengas esperando! ¡Me largo, has lo que quieras!-Y Kamio agarró su mochila deportiva y se marchó marcando ritmo.
-¿Ah?-Momo extendió las manos-¿Donde...?-Miró en su regazo, a su lado, debajo del banco, dentro de las solapas de su chaqueta-¿¡Donde esta mi sándwich!?-Se preguntó. Luego vio a Kamio alejarse a toda velocidad. Se volvió a preguntar que es lo que hacia alli y de que demonios hablaba. Hace un momento estaba escuchando gritar a Fuji Yuuta no se que cosa de Mizuki y el sexo, y cuando quiso morder por segunda vez su bocadillo de tres pisos ya no estaba, y en su lugar se encontraba en el parque.
Se miro la ropa, las manos y se toco el pelo. Volvía a ser el.
-¡Lo conseguiste, Inui!-Apretó el puño, haciendo un gesto de victoria. Cuando escuchó la voz de Ryoma. Se dió la vuelta en el banco y estiró el cuello. Lo que vio lo dejó en el sitio.
El pequeño Ryoma... SU pequeño Ryoma estaba de rodillas frente al capitán, abrazándole el cuello mientras suspiraba. Y Tezuka, sentado en la hierba del parque y apoyado en el árbol a su espalda, le besaba los hombros desnudos y pálidos, mientras que sus manos sujetaban las nalgas y exploraban la entrada del niño.
-¿Te duele?
-Nnn... No mucho... es soportable...¡Ahh! No puedo creer que este...Mmhh...contigo...
-Si continuas gimiendo así la meteré te duela o no...-Le advirtió Tezuka.
-¡Ahh, si...! Metela ya...-La voz suplicante de Ryoma hizo tragar en seco a Momo, que vio como Tezuka no se lo volvía a pedir y lo levantaba y guiaba a su miembro, empujando suavemente mientras Ryoma le arañaba la espalda.
-Te dije que dolería...
-Ja...ja....¿Doler? Mmm, mada mada da-¡¡¡aaaaaaaaah!!!-Gritó al cielo cuando Tezuka se empaló de una sola embestida, quedandose quieto mientras su joven amante recuperaba la respiración. Dos lagrimas surcaron su rostro. Lágrimas que Tezuka se encargó de borrar con su lengua.
-Eres tan estrecho como me imaginaba. Y pensar que he estado tanto tiempo sin saberlo...-Se movió un poco.
-Ahh-Suspiró-Es porque eres...muy lento, capi-tán...-Y, sujeto a los hombros del mayor, Ryoma comenzó a moverse de la forma mas erótica que Tezuka y Momo hayan presenciado nunca.
Momoshiro volvió al vista al frente. Estaba claro que Ryoma no correspondería sus sentimientos...
Bueno, eso ya se vería con el tiempo. No iba a rendirse tan fácilmente. Ahora lo mas importante era descargar la consecuencia de estar de voyeur. Y la libreta verde de Inui le cayo al suelo, llamando su atención. El nombre de Kamio estaba escrito, seguido de una frase con la letra de su sempai:
"Deja de fantasear con Echizen. Akira Kamio, del Fudoumine, se te acaba de declarar. Así que has algo bien en tu vida y ve tras el. Aqui te dejo su numero..."
-¡Será...!-Escuchó los gemidos de Ryoma tras el-Vale, ya voy. Sabiondo del sempai....-Y se fue en dirección a donde había visto a Kamio desaparecer.
Y también en casa de Eiji...
-Mmmm... Oishiii... Eres tan suave, nya... ¡Ahhh!-Eiji abrió los ojos en la cúspide de su embriaguez de placer para verse la cara de un oso. Levantó la cabeza, desorientado, y se vio en su cuarto. Estaba todo en su sitio. Menos Oishi.
Se movió para levantarse, cuando se noto mojado... Miró a su entrepierna y a la patita del magreado oso de peluche.
-¡¡¡NYAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!-La casa tembló. Todos los habitantes y parte del vecindario se asustaron. Su hermana mayor fue corriendo a la habitación de Eiji para enterarse de la grave situación, cuando su hermanito salia a toda prisa de ella, cargando el osito y chillando.
-¡¡Manchado, manchado!! ¡Nyaa, nyaaaaa!
-¡Eiji! ¿Estas bien?
-¡Hay que lavarlo, hay que lavarlo!-Y corrió al baño a ponerle solución a aquel "grave" problema, dejando a sus familiares en vilo.
Oishi llegaba a casa de Eiji, escuchando todo aquel alboroto; y sonrió al confirmar que Eiji volvía a estar en su cuerpo. Llamó a la puerta y le recibieron los padres del pelirrojo.
-Buenas noches-Sonrisa amable.
-Bienvenido, Oishi-kun. Eiji esta arriba, aunque no se que le habrá pasado tan repentinamente...
-Hablare con el-Dijo, y después de su reverencia y cambiarse de calzado, subió y tocó en el baño, permitiéndose entrar y cerrando tras el.
-Manchadoooo...-Lloriqueaba Eiji, limpiando el delito con un poco de agua y papel.
-Eiji...-Lo llamó, y el pelirrojo se dio la vuelta sobresaltado, como si no se hubiera dado cuenta de que había entrado.
-¡Nyaaaa, Oishii, mi osito!-Se le echó a los brazos, el cual el otro acogió-¡Estaba encima cuando yo....! ¿?-Algo golpeaba su bajo vientre...Curioso, lo tocó. Y Oishi reprimió un gemido-¿Nyaa?
-… -Sonrojo.
-Syuichirou, ¿estas....?-Puso una voz sensual, como un ronroneo.
-Entiéndelo, estábamos en el parque...-Eiji se alejó de el, dejandole con su sonrojo y su excitación al máximo, sin apartarle su mirada felina. Se cogió la camisa y lentamente se la sacó, torturando a su amante. Luego, sin mas prendas que quitarse, le mostró su ropa interior, manchada de su propio orgasmo.
-Esto es tu culpa...-Lo regañó, sacándosela para lavarla también. Oishi se acercó, acariciándole sin recato.
-Eiji... No puedo...
-Nyaaa, entonces hazlo...-Se puso de espaldas y se reclinó contra el lavabo, arqueando la espalda y dejando a la vista su trasero. Oishi no pudo pensar con claridad a partir de ese momento. Bajo la cremallera de su pantalón dispuesto a aliviar sus ansias.
-No grites-Le susurró en la oreja. Después entró en el.
Eiji, en su afán por no gemir demasiado alto, abrazo su peluche y mordió el lazo que este llevaba atado al cuello, mientras Oishi se había comenzado a mover frenéticamente tras el.
-Ahhm... Syui-chirou... nos esta mirando...-Balbuceaba.
-Nn...¿Quien?
-El osito...-Oishi miró al frente, donde el peluche se mantenía inerte sobre el grifo. Rió para sus adentros, mientras Eiji tapaba esos ojos sin vida que parecía que realmente los espiaba.
Y en la casa de Kaidoh, mas concretamente en el baño...
Kaidoh, que antes estaba restregándose contra el oso de Kikumaru, se hallaba ahora tumbado en la bañera del cuarto de baño de su casa. Y no es que se hubiera tumbado para tomar un descanso mientras se duchaba. Noooo. Con el cambio repentino de escenario, había abierto los ojos, pero sin darse cuenta de donde estaba resbaló, agarrándose del cable del telefonillo de la ducha y de la cortina, elementos que cedieron y cayeron sobre el en un estruendoso golpe en la bañera.
Ahora estaba recreando lo que había pasado. Se miró, su musculatura, sus brazos, su maldito e inoportuno miembro erguido y siseó.
-Fhssssss...-Si, era su siseo original. Se levantó como pudo y salió de la bañera. Se enrollo una toalla a la cintura y salió. Su madre subía las escaleras, preocupada.
-¿Estas bien, Kaoru?
-Si. Solo tropecé...-Le explicó a su madre, mientras esta, mas aliviada, bajaba a contestar al teléfono.
Kaidoh vio conveniente vestirse y hacer algo con aquel visible bulto. Cuando estaba cuestionándose eso, tocaron la puerta.
-Kaoru, es para ti.-Su madre. El chico abrió un poco la puerta y recibió el teléfono. Luego volvió a cerrar.
-Si...
*¿Kaoru? ¿Vuelves a ser tu?
-Inui-sempai...-Se le escapó una sonrisita-Si, soy yo. Ha funcionado.
*Estupendo. Aunque hay pocas probabilidades de que los chicos me perdonen lo de las cien vueltas.
-No lo haran. Ademas, te esta bien empleado.
*No seas malo conmigo, Kao-chan...-Voz melosa.
-¡! ¡No me llames...!-Se sonrojó, molesto.
*Dime, ¿que estas haciendo?
-Acabo de salir de la ducha. Al parecer, Tezuka-buchou estaba bañándose...
*Ohh, ¿de verdad? Que interesante...
-¡Deja ese tono de hot line, no voy a hacerlo!-Gritó, al darse cuenta de lo que su sempai pretendía. Solo una vez había hecho aquello, y fue en un caso desesperado. ¡Pero nunca mas!
*Mmm, vamos, Kaoru. Si hay un 67% de que la tengas dura en este momento...
-¡¿Como demonios...!?-Se tapó. Capaz era de estar espiando por alguna parte-De todos modos, eso no es de tu interés...
*Jojojo, ya lo creo que lo es. Soy yo el que tendría que estar prestandole atención ahora mismo, ¿sabes? Acariciándola con mi lengua y...
-¡Basta! ¡O te colgaré!
*No lo harás. Porque te apetece tanto como a mi. Mira, para que te sientas mejor, te diré que yo también estoy duro...
-¡Eso no me hace sentir mejor para nada!
*Kaoru...
-¡No!
*Anda, Kaoruuuuuuuu, hazme feliz...
-¡He dicho que no!
*Quiero estar dentro de tiiii...
-¡Se acabó, voy a colgar!
*¡Espera!.... Esta bien, hagamos un trato...-Kaidoh escuchó-Solo escucharé. No diré nada. Solo deja el teléfono cerca de ti, ¿vale? ¡Di que siii!
-.....-Kaidoh dejó el teléfono junto a la almohada, pretendiendo que había colgado. Se tumbó y acarició con un dedo su miembro, que tembló buscando mas contacto. Finalmente lo envolvió en su mano y comenzó un lento vaivén, mordiéndose el labio inferior para no gemir.
Pero en el estado en el que estaba le fue imposible. Se volteó, subiendo las rodillas, y su rostro dio de frente con el teléfono.
-...Sempai...fhsss...
*.....En serio que quiero meterla...-Voz ronca.
-Ahhh, Sempai...Sabes...
*¿Que? Kaoru....-Suspiró.
-Estoy...Ahhh, estoy...
*Mmm, ¿si?...
-No puedo...¡Ahhh! Tengo tantas...
*...ganas. Yo también...Te quiero, Kaoru...
-Sempai.....
Soltaron un gemido simultaneo.
........Silencio.
Kaidoh recuperaba la respiración. Al parecer, Inui también....
*Kaoru....
-Sempai, estoy...
*¿Otra vez?
-¡No, idiota!-Gritó al teléfono, sonrojado aun mas si eso era posible-¡Estoy enfadado contigo por el lío que has montado!
*Pero ya esta solucionado, ¿no?Ademas, sabes que no puedes estar mucho tiempo enfadado conmigo...
Orgullo de hombre tocado. O peor aun :El orgullo de hombre de Kaidoh tocado. Se llevó el teléfono lentamente a los labios y sus ojos adquirieron una sombra rencorosa y sádica que parecía haber robado de Fuji.
-Dime, Sempai, ¿has disfrutado el orgasmo?
*Oh, si. Mucho...
-Bien. Porque se me olvidó decirte que, por tus inventos estúpidos, te quedaras un mes sin.
*¡¿Que!? Kaoru, dime que es broma...
-Dos meses. Fhsss. Y sigue insistiendo...
*........
-Si lo has entendido, buenas noches, Sempai-Y colgó. Le esperaba otra sesión de autocomplacimiento...
Si, se habían estrellado, pero justamente en las canchas del Seigaku sin ninguna victima oficial (Sakuno no cuenta). Se dirigieron a la asesoría de la escuela y Kaidoh (Tezuka) explicó que la causa por las faltas de asistencia fue un repentino campeonato muy importante que les fue ineludible. Después de desprender su aura amarilla, todo el claustro de profesores le creyó y pudieron irse, agotados, despeinados y hartos de tantas gilipolleces a casa de Inui, donde este prepararía el maldito jugo definitivo.
No tenían ganas de caminar. Arrastraban los pies como unos adolescentes que han estado de juerga por toda la semana, sin dormir y con algo peor a la resaca. Nadie se explicaba como es que Oishi (Fuji) tenia el valor de sonreír todavía.
La casa Inui estaba vacía, con 47 mensajes en la contestadora esperando ser escuchados.
-Acabemos con esto...-Dijo Inui (Ryoma), dejándose caer en el sofá.
Eiji (Kaidoh) fue a la cocina, en ayuda de Momo (Inui), que seguía los ingredientes de su libreta al pie de la letra. Los demás intentaban no caer dormidos jugando al piedra, papel, tijera. (¿?)
-¿Que será lo primero que hagas cuando regreses a la normalidad, sempai?-Preguntó Eiji (Kaidoh), jugando con la frutilla fucsia.
Momo (Inui) lo miró de reojo y sonrió.
-Besarte-Susurró en su oído, ante el sonrojo excesivo de la carita de Eiji.
-Hey, es verdad... ¿Que es lo primero que haréis?-Preguntó también Fuji (Momo).
-¡Abrazar a mi osito!-Saltó Tezuka (Eiji).
-Y yo al mio-Dijo Ryoma (Oishi), mirando enternecido a Tezuka (Eiji).
-Decir mada mada dane con mi voz-Dijo muy serio Inui (Ryoma).
-¡Y yo me alejaré de Fuji Yuuta!-Levantó los brazos en gloria Fuji (Momo).
-Oh... Pues yo no se...-Mirada insinuadora de Oishi (Fuji) al cuerpo de Tezuka. La cara de su hermano también se le vino a la mente.
-¿Y tu, Buchou?
-Mandar a Inui a correr cien vueltas a la ciudad bajo el abrazador sol del verano-Dijo tan convencido que a Momo (Inui) se le erizó todo el pelo.
-Bi...bien, esto esta... listo...-Dudaba si dárselo. No quería correr tanto. Cada uno recibió su vaso. Momo (Inui), muy a su pesar, sirvió.
-Chicos-Se levantó Kaidoh (Tezuka)-no diré nada para no alargar la espera. ¡Salud!
-¡Salud!-Y bebieron todos a la vez.
.......
-¡¡Dios, que ascoo!!-Corrió al baño Inui (Ryoma).
Todos los demás le siguieron segundos después. Incluso Oishi (Fuji) arrugó un poco el entrecejo, pero no se movió del sillón.
A la media hora, cuando regresaron, Momo (Inui) servia mas jugo.
-¿Que te crees que haces?
-Me parece obvio que el zumo no hará efecto si lo vomitáis. ¡Salud!-Y volvió a beber.
Los demás, mas furiosos con el que nunca, le dieron la razón a regañadientes y tomaron.
-La ultima vez tardo toda una noche en surtir efecto. Deberíamos iremos a casa, por nuestros padres y eso...-Razonó Ryoma (Oishi).
-Estoy de acuerdo -Reprimía las ganas de vomitar Tezuka (Eiji).
-No manchemos aun mas nuestra reputación-De levantó Kaidoh (Tezuka), dispuesto a salir -Mañana por la mañana nos reuniremos en el club con nuestros propios cuerpos. O eso espero, por tu bien, Inui.
-Jajaja -Risa nerviosa-Ya veréis que esta vez si....
Y cada cual, a comer a su chabola.
************
De camino a casa, el cielo se teñía poco a poco de naranja.
Ryoma (Oishi) y Tezuka (Eiji) habían quedado a solas mientras caminaban frente a un parque, aunque no compartían la misma dirección.
-Eiji...
-¿Nya?
-¿Sabes que dentro de dos meses es nuestro aniversario?-Preguntó Ryoma (Oishi), levantando la vista para mirar a los ojos a Tezuka (Eiji).
-¿Si? ¡Vaya, que bien llevas la cuenta!-Ryoma se detuvo, sujetándole la mano-¿Oishi?
-Veras... -Sonrojo- Me... me hace muy feliz que te hayas quedado a mi lado todo este tiempo...
Sonrojo de Tezuka (Eiji), que rió nerviosamente mientras continuaba avanzando unos metros ante Ryoma (Oishi).
-¡Pero que dices! ¡Esas cosas, viniendo del O´chibi me dan vergüenza!
-Pero soy yo-Continuó caminando tras el Ryoma (Oishi), hablando entre susurros que a Tezuka (Eiji) le parecieron demasiado sensuales-Soy yo el que te quiere abrazar ahora mismo hasta romperte. Soy yo el que quiere besarte hasta dejarte sin aire. Y soy yo quien se muere por hacerte el amor aquí mismo.
Tezuka (Eiji) se detuvo en seco, sonrojado hasta la raíz del pelo. Tragó saliva y se giró, sobresaltando a Ryoma (Oishi).
-¿Eiji?-El otro se limitó a bajar la mirada-¿He dicho algo que no debería?-Se preocupó-Eiji...
El mayor levantó la mirada y Ryoma (Oishi) creyó ver fuego en ella. Tezuka (Eiji) lo cogió firmemente por la muñeca y lo arrastró a las profundidades del parque, entre unos abetos y un árbol grueso.
-¡Eiji! ¡Esper...!-Tezuka (Eiji) lo besó mientras se sentaba sobre el.
-No me pidas que espere después de haberte oído decir todo eso.
-...-Ryoma (Oishi) sonrió y correspondió las caricias del otro.
Fuji (Momo) llegaba a su casa, donde tuvo que tocar la puerta al no tener la llave. Le abrió su pesadilla encarnada en cuerpo humano: Yuuta Fuji.
-¡Bienvenido, aniki!-Le abrazó. O eso quiso, cuando el cuerpo de su hermano se apartó y entró a la carrera al salón. Donde vio a un tipo que le resultó bastante familiar. Traía el uniforme de Saint. Rudolph, el pelo medio ondulado y bebía te con la piernas cruzadas y unos gestos que le hicieron preguntarse si no era familiar de Atobe.
-Fuji Syuusuke...-Dijo con bastante odio, aunque sonrió burlón después-Hace tiempo que quería verte. Muero por jugar contra ti de nuevo.
-¿Ah, si?-Avanzó a la cocina. Se moría de hambre.
Yuuta no palpó la tensión que normalmente se respiraba cuando su hermano se encontraba con Mizuki. Muy al contrario. Parecia que a Syuusuke le diera exactamente igual que estuvieran solos en casa antes de llegar el; cuando lo mas frecuente es que pasaran otras cosas mas...violentas.
Frunció el ceño. El plan era que su hermano estuviera tan cegado por los celos que no tuviera mas remedio que dejarle claros sus lazos de propiedad en la cama. Pero aquello no iba bien.
-¿Sabes, aniki? Mizuki-san dice que debería trabajar mas el refuerzo de los brazos. Quizás me quede con el un par de días para que me ayude con el "ejercicio".
-Estupendo-Se oyó a Fuji (Momo), cuya mayor prioridad en aquel momento era rellenar con bastantes ingredientes un sándwich de tres pisos.
-...¿Te parece buena idea?
-Si-Contestaba por inercia.
-¿Que me quede NOCHES con Mizuki-san?
-Me da igual.¡Ah!-Reaccionó de repente. Y Yuuta albergó una esperanza.
-¿Que pasa, hermano?
-¿Donde esta la sal?-A Yuuta se le llenó la cara de venas.
-En la primera puerta...-Voz crispada por la rabia-Entonces, me iré con el.
-Si, si. Diviértete...-Echó la sal, cogió el desproporcionado bocadillo y se sentó a la mesa a comer, ante la mirada de asco de Mizuki.
Oishi (Fuji) había llegado también a la casa del subcapitan. Saludó a sus padres cortésmente y fue directo a la ducha. Quería irse a dormir lo antes posible. Se relajó con la bañera llena hasta arriba de agua y espuma del jabón. El cuerpo de Oishi tenia una ventaja: que el pelo no le molestaba tanto.
Después de relajarse por mas de una hora, salió en albornoz y subió a la habitación. Cerró la puerta mientras se secaba la cabeza y miro a la pecera, llena de pirañas que le mostraban los dientes, amenazándole.
-¡Que lindas!-Exclamó entonces, sentandose en la cama. Quedó pensativo unos instantes y una idea de las suyas traspasó su cerebro. Soltó una risita y se quitó el albornoz, observando todo lo que podía la desnudez de un cuerpo que no era suyo.
Oishi no tenia la piel muy oscura, pero era sin duda mas oscura que la suya. Sus brazos no era tan finos en comparación con los de su hermano y su musculatura era perfecta.
Rozó con mil intenciones su muslo, de abajo a arriba con la yema de sus dedos. Era suave, duro y bien definido. Pensó que Eiji se alimentaba de un buen animal. Y tuvo otra idea. Rebuscó entre las sabanas y la almohada, donde encontró la foto del pelirrojo; vestido con el uniforme del Seigaku y guiñando un ojo con la señal de victoria en los dedos.
Se levantó y vio algo moverse por los bajos...
-Oh...Parece que el cuerpo de Oishi reacciona instintivamente, jujujuju...-Y miró con sus ojos abiertos la pecera.
Momo (Inui) se había detenido en un paseo del parque, bastante cerca de la casa de Momoshiro, revisando todos los datos de su libreta desde el día del intercambio. Aún no se explicaba aquello. Le dio vueltas a la cabeza hasta que dolió.
-¿Que haces?-Se asomó una cabeza, la cual le hizo sombra y le impidió seguir leyendo. Cuando fue a comprobar de quien se trataba, dio tan tremendo salto que se cayó del banco.
-¡Tu!-Señaló a Kamio, que traía a la espalda su mochila con sus raquetas.
-Que ordinario. No hace falta que reacciones así-Se sentó en el banco, dejando la mochila entre sus piernas. Con desconfianza, Momo (Inui) volvió a su sitio, lo mas alejado de el que pudo.
....Momentos de tensión absoluta y asfixiantes.
-Oye...-Comenzó Kamio. Momo (Inui) se tensó.
-¿...Que?
-Tu me gustas.
-....-Momo (Inui) se sorprendo de lo natural que había sido aquella confesión. Kamio no estaba nervioso, ni asustado por la reacción que tendría. Solo que no despegaba sus ojos de sus deportivas.
-No tienes que contestarme nada ahora, solo quería que lo supieras-Comenzó a balancear los pies, como un niño pequeño.
Inui no podía creer que Momo fuera tras Ryoma; que se notaba demasiado que no le hacia el menor caso, cuando tenia a alguien así tras el. Abrió la libreta y lo apuntó. Sin embargo, Kamio parecía no haber terminado de hablar.
-Es que cuando te vi...
-Espera-Le cortó Momo (Inui), apuntando aun-Yo no soy la persona a quien deberías decirle eso.
-¿Que? ¡Claro que eres tu, estúpido! ¡Y atiéndeme, me estoy declarando!
-Si, lo se. Solo espera un poco, ¿quieres?... Dime tu numero.
-¿Mi numero?
-De teléfono. Dámelo-Espero con el bolígrafo en el aire, rozando la pagina de la libreta.
-Ah, si...-Y se lo dio (Por motivos de privacidad a los actores de Prince of Tennis, no pondremos dicho numero...)
Momo (Inui) escribió durante un rato mas, exasperando a Kamio.
-¿Puedo seguir confesándome ya?
-No.
-¡Pues no estaré todo el día aquí por ti!
-Solo espera.
Y el sol continuaba bajando...
Eiji (Kaidoh) no se sentía con ánimos de practicar sus tiros en el jardín. Se metió en la casa, comió algo, se dio un baño rápido y se tumbó en la cama, sobre el gran oso de su sempai, abrazándolo como si se tratase de Inui.
-Sempai...-Suspiró, casi siseando. Froto su cara con la oreja del peluche, produciendole un cosquilleo agradable. Le acarició con la mano, admirando aquel tacto suave. Y volvió a recordar a Inui.
Algo entre las profundidades de sus piernas estaba demasiado animado para su estado físico, frotándose con la tela de la ropa interior y con la increíblemente suave pata del osito. Y es que no se había puesto el pijama tan...femenino que Eiji tenia en el armario, así que optó por una camisa larga de mangas a mitad del brazo.
Hacia ya unas semanas que no lo había hecho con Inui; a saber por que razones. Con todo el ajetreo no lo recordaba.
Su propia pregunta le abordó los pensamientos."¿Que es lo primero que harás cuando regreses a la normalidad?".
La respuesta de Inui también resonó: "Besarte"
-...Yo haré algo mas que besarte, sempai...-Dijo, frotando su cara aun contra el tejido del peluche. E inconscientemente, también había comenzado un vaivén con las caderas...
Kaidoh (Tezuka) había pasado a la acción nada mas llegar a casa. Se desvistió,se metió bajo la ducha de agua caliente y exhaló un suspiro de placer. Quería regresar a su vida cuanto antes y recuperar su normalidad. Sobre la marcha, pensaba en nuevas normas del club, como por ejemplo la prohibición total de los zumos Inui y el entrenamiento tortuoso que le pensaba poner al chico de lentes como castigo; aparte de las cien vueltas por la ciudad, las cuales se aseguraría que corriera.
Se apoyó en las baldosas de la pared, tranquilo por una vez desde que aquello había comenzado.
Se le escapó un siseo y se llevó los dedos a los labios. Besar labios tan calientes y gruesos debería sentirse tan bien. Mas que bien, seria adictivo... Introdujo su dedo indice en la boca, sin perder detalle de la textura de aquella obsesión.
Se imaginó algo inimaginable para un chico serio y centrado como el. Como aquellos labios tentadores envolvían su miembro en lugar de aquel insípido dedo... Como alguien gemía su nombre y le rogaba...
Tezuka era del tipo de persona que pensaba en muchas posibilidades a la hora de cumplir una fantasía. O así había sido hasta que el prodigioso novato apareció en el Seigaku.
El novato y su pequeña y vulnerable estatura. El novato y su arrogancia desmesurada. El novato con dulce nombre: Ryoma Echizen. Rememoró cuando lo reto a un partido. Como aquel cuerpecillo se esforzaba por devolverle los golpes y como soltaba un gemidito al golpear la pelota. Todo aquello era tan....excitante.
Se llevo la mano a la entrepierna...Pero no vio correcto continuar estando en el cuerpo de un Kouhai.
Aunque dicho Kouhai tuviera aquello malditos y apetitosos labios.
-...Echizen...
Inui (Ryoma) estornudó en la habitación.
No se había duchado, ni le interesaba hacerlo, pues prefería que el cuerpo enigmático de su sempai siguiera siendo un enigma. Al menos para el. Quería dormirse y que al despertar estuviera con Karupin acurrucado a un lado, que el despertador sonara, para luego ser apagado y que llegase tarde a la reunión del club.
Se estiró. Y algo llamó su atención entre los volúmenes del escritorio de Inui. Una segunda libreta verde. Frunció el ceño y la cogió; la cual tenia una inscripción en cursiva: Datos personales Seigaku.
Curioso, y para rematar esos cinco minutos que duraría despierto, se fue a la cama y la abrió.
·Datos recogidos el día X del mes X:
“En las duchas, me he fijado en un detalle que puede que muchos no sepan. Nuestro recatado capitán tiene una pequeña obsesión con sus pezones.”
Ryoma abrió los ojos como platos.
“Me he fijado en que sus ojos se dilatan y se ruboriza minimamente cuando los acaricia en un descuido, o cuando se enjabona el cuerpo.
También he descubierto que Eiji tiene una marca de nacimiento en el muslo, bajo el trasero...”
-¿Que clase de datos...?-Frunció los labios en una sonrisa forzada Inui (Ryoma)-Menudo buen ejemplo, sempai...-Y retomó su lectura:
“Nuestro nuevo titular, el novato Echizen, posee un cuerpo que define su inocencia y castidad a la perfección. Creo que eso le traerá problemas en un futuro...”
Ryoma frunció el ceño e hizo nota mental de no volver a bañarse en las duchas del Seigaku. Pasó la pagina y leyó de nuevo:
“A mi pequeño Kaoru le gustan las cosas lindas, pese a que todos digan que el es atemorizante. Pienso que se ve como un pequeño gatito cuando le veo haciendo xxxx con mi xxxx, para luego entregarnos en un sin fin de xxxxx...”
-...-Inui (Ryoma) lanzó la libreta lejos de si. Luego comenzó a reírse sin control. ¿¡Kaidoh un pequeño que!?
El reloj marcó las ocho al tiempo que los muchachos terminaban de hacer lo que ya se ha explicado. Y una estrella fugaz (Muy, muy fugaz) surcó el cielo. El silencio fue repentino y duro cinco segundos justos. Luego, volvieron a escucharse el rugir de los coches y los perros ladrando por todo el vecindario.
Pero no fue eso lo único que se oyó...
-¿¡BUCHOU!?
-¿¡ECHIZEN!?
Ryoma había abierto los ojos ante aquella oscuridad. Y, en lugar de estar en la habitación de Inui riéndose de sus perversidades, se encontraba casi desnudo frente a Tezuka, que estaba sentado apoyado en un árbol en el parque.
Tezuka estaba reteniendo las ganas de descargarse en casa de Kaidoh cuando de repente sintió una brisa fría, parpadeó y estaba frente a un Ryoma casi desnudo, mirándole con los ojos desorbitados. Se miró a si mismo y vio que estaba a medio desvestir también.
El pequeño se levantó, completamente avergonzado, con la intención de irse mientras pretendía recoger su ropa y abrocharse el pantalón al mismo tiempo. Tezuka se inclinó hacia delante y lo tomó del brazo, atrayendolo de nuevo al suelo en un abrazo.
-Espera, Echizen...-Intentó hablar. Pero el niño lo empujaba, con el rostro al rojo vivo y ligeras lagrimas en los ojos.
-¡Suéltame!...De-dejame ir...
-No. He esperado mucho tiempo para tenerte entre mis brazos...Ryoma-Dijo el capitán, estrechando mas el cuerpo del menor y depositando un beso casto en su cabello. Ryoma dejo de resistirse. Alzó una mirada de ojos brillantes y enfrento al capitán. Su nombre sonaba tan bien con la voz de Tezuka...
-...-Quiso decir algo, pero los labios de su capitán sellaron los suyos. Tras una leve impresión, cerró sus ojos y correspondió el beso.
Y en casa de los Fuji...
-¿ME HAS OÍDO BIEN, ANIKI?-Chillaba Yuuta-¡Estoy saliendo con Mizuki! ¡Y que sepas que tenemos sexo todas las noches!
Fuji miró a su hermano. Luego miró al sofá de enfrente, donde un Mizuki se limpiaba después de haberse atragantado. Volvió a mirar a su hermano pequeño, que respiraba agitado de pie junto a el.
-¿Que has dicho?-Preguntó, y su hermano volvió a sentir aquella extraña frialdad que su hermano desprendía.
-Pu-pues lo que has oído... Mizuki-san y yo...
-¿Es eso verdad?-Frunció el ceño, mirando a Mizuki.
-Bueno...-Fingía el otro. Lo que fuera para molestar al Fuji mayor.
Después de una expresión neutra, Fuji sonrió, se levantó, cogió sin cuidado alguno a Mizuki por la camisa del uniforme y lo arrastró a la salida. Abrió la puerta y lo echó de la casa. Mizuki, muy molesto, lo miró con absoluto odio.
-¡Gracias por venir!-Dijo un sonriente Syuusuke, cerrando de un portazo.
-Ah... herma...-Yuuta apretó los labios y cayó al verse a su hermano avanzar hacia el, serio e imponente.
-Vamos arriba-Ordenó.
-P-pero era mentira. Mizuki-san y yo...-Se interrumpió de nuevo al ver los ojos azules de su hermano escrutándolo.
-Se que es mentira. Pero eso no te quita la culpa de haberlo imaginado-Lo cogió por la muñeca y se lo llevó a la habitación.
-¡Pero si eras tu el que actuaba de forma extraña!
-Bueno, ahora te demostraré que soy yo.
Y se encerraron en la habitación del Fuji mayor...
Y en casa de Oishi....
-¡¡AHHHHHHH!! ¡Pirañaaaas!... Espera, ¿¡Pirañas!? ¿Donde están mis peces?-Oishi miraba despavorido como una mini piraña le mordisqueaba el dedo. Agitó la mano y la tiro por la ventana. Luego vio que en esa misma mano sostenía la foto de Eiji, la cual querían comerse cuatro grandes pirañas con cara de Yakuzas sedientos de sangre. Volvió a agitar la mano.
-¡¡La foto de Eiji no!! ¡Suelta, suelta, SUELTA YAAA!-Pero no pudo hacer nada. Los fieros peces se llevaron la foto a la profundidad de la pecera, que por cierto, estaba sucia-¿Eiji?-Miró a ambos lados. Hace dos segundos estaba mordiendo su delicado cuello, (aunque fuese el de Tezuka realmente) y ahora estaba en su habitación. Miró hacia abajo y se topó con su erección. Se tapó con las manos, sonrojado, preguntándose porque diablos estaba desnudo.
Cogió algo de ropa del armario y salio de casa.
Y donde Momo...
-...cruel! ¡Así que si no quieres saber nada de mi, no me tengas esperando! ¡Me largo, has lo que quieras!-Y Kamio agarró su mochila deportiva y se marchó marcando ritmo.
-¿Ah?-Momo extendió las manos-¿Donde...?-Miró en su regazo, a su lado, debajo del banco, dentro de las solapas de su chaqueta-¿¡Donde esta mi sándwich!?-Se preguntó. Luego vio a Kamio alejarse a toda velocidad. Se volvió a preguntar que es lo que hacia alli y de que demonios hablaba. Hace un momento estaba escuchando gritar a Fuji Yuuta no se que cosa de Mizuki y el sexo, y cuando quiso morder por segunda vez su bocadillo de tres pisos ya no estaba, y en su lugar se encontraba en el parque.
Se miro la ropa, las manos y se toco el pelo. Volvía a ser el.
-¡Lo conseguiste, Inui!-Apretó el puño, haciendo un gesto de victoria. Cuando escuchó la voz de Ryoma. Se dió la vuelta en el banco y estiró el cuello. Lo que vio lo dejó en el sitio.
El pequeño Ryoma... SU pequeño Ryoma estaba de rodillas frente al capitán, abrazándole el cuello mientras suspiraba. Y Tezuka, sentado en la hierba del parque y apoyado en el árbol a su espalda, le besaba los hombros desnudos y pálidos, mientras que sus manos sujetaban las nalgas y exploraban la entrada del niño.
-¿Te duele?
-Nnn... No mucho... es soportable...¡Ahh! No puedo creer que este...Mmhh...contigo...
-Si continuas gimiendo así la meteré te duela o no...-Le advirtió Tezuka.
-¡Ahh, si...! Metela ya...-La voz suplicante de Ryoma hizo tragar en seco a Momo, que vio como Tezuka no se lo volvía a pedir y lo levantaba y guiaba a su miembro, empujando suavemente mientras Ryoma le arañaba la espalda.
-Te dije que dolería...
-Ja...ja....¿Doler? Mmm, mada mada da-¡¡¡aaaaaaaaah!!!-Gritó al cielo cuando Tezuka se empaló de una sola embestida, quedandose quieto mientras su joven amante recuperaba la respiración. Dos lagrimas surcaron su rostro. Lágrimas que Tezuka se encargó de borrar con su lengua.
-Eres tan estrecho como me imaginaba. Y pensar que he estado tanto tiempo sin saberlo...-Se movió un poco.
-Ahh-Suspiró-Es porque eres...muy lento, capi-tán...-Y, sujeto a los hombros del mayor, Ryoma comenzó a moverse de la forma mas erótica que Tezuka y Momo hayan presenciado nunca.
Momoshiro volvió al vista al frente. Estaba claro que Ryoma no correspondería sus sentimientos...
Bueno, eso ya se vería con el tiempo. No iba a rendirse tan fácilmente. Ahora lo mas importante era descargar la consecuencia de estar de voyeur. Y la libreta verde de Inui le cayo al suelo, llamando su atención. El nombre de Kamio estaba escrito, seguido de una frase con la letra de su sempai:
"Deja de fantasear con Echizen. Akira Kamio, del Fudoumine, se te acaba de declarar. Así que has algo bien en tu vida y ve tras el. Aqui te dejo su numero..."
-¡Será...!-Escuchó los gemidos de Ryoma tras el-Vale, ya voy. Sabiondo del sempai....-Y se fue en dirección a donde había visto a Kamio desaparecer.
Y también en casa de Eiji...
-Mmmm... Oishiii... Eres tan suave, nya... ¡Ahhh!-Eiji abrió los ojos en la cúspide de su embriaguez de placer para verse la cara de un oso. Levantó la cabeza, desorientado, y se vio en su cuarto. Estaba todo en su sitio. Menos Oishi.
Se movió para levantarse, cuando se noto mojado... Miró a su entrepierna y a la patita del magreado oso de peluche.
-¡¡¡NYAAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!-La casa tembló. Todos los habitantes y parte del vecindario se asustaron. Su hermana mayor fue corriendo a la habitación de Eiji para enterarse de la grave situación, cuando su hermanito salia a toda prisa de ella, cargando el osito y chillando.
-¡¡Manchado, manchado!! ¡Nyaa, nyaaaaa!
-¡Eiji! ¿Estas bien?
-¡Hay que lavarlo, hay que lavarlo!-Y corrió al baño a ponerle solución a aquel "grave" problema, dejando a sus familiares en vilo.
Oishi llegaba a casa de Eiji, escuchando todo aquel alboroto; y sonrió al confirmar que Eiji volvía a estar en su cuerpo. Llamó a la puerta y le recibieron los padres del pelirrojo.
-Buenas noches-Sonrisa amable.
-Bienvenido, Oishi-kun. Eiji esta arriba, aunque no se que le habrá pasado tan repentinamente...
-Hablare con el-Dijo, y después de su reverencia y cambiarse de calzado, subió y tocó en el baño, permitiéndose entrar y cerrando tras el.
-Manchadoooo...-Lloriqueaba Eiji, limpiando el delito con un poco de agua y papel.
-Eiji...-Lo llamó, y el pelirrojo se dio la vuelta sobresaltado, como si no se hubiera dado cuenta de que había entrado.
-¡Nyaaaa, Oishii, mi osito!-Se le echó a los brazos, el cual el otro acogió-¡Estaba encima cuando yo....! ¿?-Algo golpeaba su bajo vientre...Curioso, lo tocó. Y Oishi reprimió un gemido-¿Nyaa?
-… -Sonrojo.
-Syuichirou, ¿estas....?-Puso una voz sensual, como un ronroneo.
-Entiéndelo, estábamos en el parque...-Eiji se alejó de el, dejandole con su sonrojo y su excitación al máximo, sin apartarle su mirada felina. Se cogió la camisa y lentamente se la sacó, torturando a su amante. Luego, sin mas prendas que quitarse, le mostró su ropa interior, manchada de su propio orgasmo.
-Esto es tu culpa...-Lo regañó, sacándosela para lavarla también. Oishi se acercó, acariciándole sin recato.
-Eiji... No puedo...
-Nyaaa, entonces hazlo...-Se puso de espaldas y se reclinó contra el lavabo, arqueando la espalda y dejando a la vista su trasero. Oishi no pudo pensar con claridad a partir de ese momento. Bajo la cremallera de su pantalón dispuesto a aliviar sus ansias.
-No grites-Le susurró en la oreja. Después entró en el.
Eiji, en su afán por no gemir demasiado alto, abrazo su peluche y mordió el lazo que este llevaba atado al cuello, mientras Oishi se había comenzado a mover frenéticamente tras el.
-Ahhm... Syui-chirou... nos esta mirando...-Balbuceaba.
-Nn...¿Quien?
-El osito...-Oishi miró al frente, donde el peluche se mantenía inerte sobre el grifo. Rió para sus adentros, mientras Eiji tapaba esos ojos sin vida que parecía que realmente los espiaba.
Y en la casa de Kaidoh, mas concretamente en el baño...
Kaidoh, que antes estaba restregándose contra el oso de Kikumaru, se hallaba ahora tumbado en la bañera del cuarto de baño de su casa. Y no es que se hubiera tumbado para tomar un descanso mientras se duchaba. Noooo. Con el cambio repentino de escenario, había abierto los ojos, pero sin darse cuenta de donde estaba resbaló, agarrándose del cable del telefonillo de la ducha y de la cortina, elementos que cedieron y cayeron sobre el en un estruendoso golpe en la bañera.
Ahora estaba recreando lo que había pasado. Se miró, su musculatura, sus brazos, su maldito e inoportuno miembro erguido y siseó.
-Fhssssss...-Si, era su siseo original. Se levantó como pudo y salió de la bañera. Se enrollo una toalla a la cintura y salió. Su madre subía las escaleras, preocupada.
-¿Estas bien, Kaoru?
-Si. Solo tropecé...-Le explicó a su madre, mientras esta, mas aliviada, bajaba a contestar al teléfono.
Kaidoh vio conveniente vestirse y hacer algo con aquel visible bulto. Cuando estaba cuestionándose eso, tocaron la puerta.
-Kaoru, es para ti.-Su madre. El chico abrió un poco la puerta y recibió el teléfono. Luego volvió a cerrar.
-Si...
*¿Kaoru? ¿Vuelves a ser tu?
-Inui-sempai...-Se le escapó una sonrisita-Si, soy yo. Ha funcionado.
*Estupendo. Aunque hay pocas probabilidades de que los chicos me perdonen lo de las cien vueltas.
-No lo haran. Ademas, te esta bien empleado.
*No seas malo conmigo, Kao-chan...-Voz melosa.
-¡! ¡No me llames...!-Se sonrojó, molesto.
*Dime, ¿que estas haciendo?
-Acabo de salir de la ducha. Al parecer, Tezuka-buchou estaba bañándose...
*Ohh, ¿de verdad? Que interesante...
-¡Deja ese tono de hot line, no voy a hacerlo!-Gritó, al darse cuenta de lo que su sempai pretendía. Solo una vez había hecho aquello, y fue en un caso desesperado. ¡Pero nunca mas!
*Mmm, vamos, Kaoru. Si hay un 67% de que la tengas dura en este momento...
-¡¿Como demonios...!?-Se tapó. Capaz era de estar espiando por alguna parte-De todos modos, eso no es de tu interés...
*Jojojo, ya lo creo que lo es. Soy yo el que tendría que estar prestandole atención ahora mismo, ¿sabes? Acariciándola con mi lengua y...
-¡Basta! ¡O te colgaré!
*No lo harás. Porque te apetece tanto como a mi. Mira, para que te sientas mejor, te diré que yo también estoy duro...
-¡Eso no me hace sentir mejor para nada!
*Kaoru...
-¡No!
*Anda, Kaoruuuuuuuu, hazme feliz...
-¡He dicho que no!
*Quiero estar dentro de tiiii...
-¡Se acabó, voy a colgar!
*¡Espera!.... Esta bien, hagamos un trato...-Kaidoh escuchó-Solo escucharé. No diré nada. Solo deja el teléfono cerca de ti, ¿vale? ¡Di que siii!
-.....-Kaidoh dejó el teléfono junto a la almohada, pretendiendo que había colgado. Se tumbó y acarició con un dedo su miembro, que tembló buscando mas contacto. Finalmente lo envolvió en su mano y comenzó un lento vaivén, mordiéndose el labio inferior para no gemir.
Pero en el estado en el que estaba le fue imposible. Se volteó, subiendo las rodillas, y su rostro dio de frente con el teléfono.
-...Sempai...fhsss...
*.....En serio que quiero meterla...-Voz ronca.
-Ahhh, Sempai...Sabes...
*¿Que? Kaoru....-Suspiró.
-Estoy...Ahhh, estoy...
*Mmm, ¿si?...
-No puedo...¡Ahhh! Tengo tantas...
*...ganas. Yo también...Te quiero, Kaoru...
-Sempai.....
Soltaron un gemido simultaneo.
........Silencio.
Kaidoh recuperaba la respiración. Al parecer, Inui también....
*Kaoru....
-Sempai, estoy...
*¿Otra vez?
-¡No, idiota!-Gritó al teléfono, sonrojado aun mas si eso era posible-¡Estoy enfadado contigo por el lío que has montado!
*Pero ya esta solucionado, ¿no?Ademas, sabes que no puedes estar mucho tiempo enfadado conmigo...
Orgullo de hombre tocado. O peor aun :El orgullo de hombre de Kaidoh tocado. Se llevó el teléfono lentamente a los labios y sus ojos adquirieron una sombra rencorosa y sádica que parecía haber robado de Fuji.
-Dime, Sempai, ¿has disfrutado el orgasmo?
*Oh, si. Mucho...
-Bien. Porque se me olvidó decirte que, por tus inventos estúpidos, te quedaras un mes sin.
*¡¿Que!? Kaoru, dime que es broma...
-Dos meses. Fhsss. Y sigue insistiendo...
*........
-Si lo has entendido, buenas noches, Sempai-Y colgó. Le esperaba otra sesión de autocomplacimiento...
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