sábado, 13 de junio de 2009

Rain

Pareja: Kirihara x Ryoma.


Llovía. Y eso le fastidiaba.
Era el cuarto día que el tiempo le había impedido entrenar a sus anchas,y eso terminaba por enfadarle.

Corrió en busca de refugio ante el chaparrón y los truenos que amenazaban sobre su cabeza,sosteniendo la pesada maleta con su raquetas.
Estando tan cerca de partidos importantes, había tomado la decisión de hacer algún que otro entrenamiento extra. Quería progresar aun mas, volverse imbatible, y eso conllevaba sacrificios que estaba dispuesto a asumir.

Calado hasta los huesos, y sintiendo los escalofríos de la piel sobre la ropa mojada,se detuvo y miro en derredor en busca de algún lugar seco donde refugiarse durante la tormenta.
Según le pareció, el único lugar disponible se hallaba bajo la cornisa de una sede que precedía a un parque, y también que, a medida que se iba acercando en una carrera,ya había sido ocupado por alguien. Eso no le impidió llegar al lugar y refugiarse, soltando la maleta contra la pared y sacándose la chaqueta para escurrirla, dudando que no le daría una pulmonía antes de acabar el día.

-Ah, pero si es Echizen....-La voz infantil y demasiado familiar le hizo fijarse en el sujeto que tenia al lado, sentado en el alfeizar de una ventana baja con barrotes. Llevaba una capucha larga y oscura que le impedía ver su rostro, aunque por su perfil y esa forma de jugar al videojuego que traía en las manos tan obsesivamente pudo adivinar sin mucha dificultad de quien se trataba.

-Huum...-Se limito a murmurar, sacudiendo su abrigo y colgándolo del primer sitio que pudo; procediendo a sacarse la camisa para repetir la maniobra.

Kirihara volteo el rostro lo suficiente como para mirarle.
Realmente nunca se había parado a admirar a nadie, pero parecía que su consciencia había hecho una excepción con respecto a aquel cuerpecillo a medio desarrollar que se movía queriendo secar su ropa. Su piel pálida, perlada por las gotas de lluvia, brillante y tan...apetecible.

Todo el era una visión tan tentadora que se vió sumergido en su distracción un tiempo que le pareció infinito, pero que culminó demasiado rápido cuando el trágico tono del game over de su video juego lo despertó. Sin estar aun seguro de que es lo que le pasaba por la mente, miró la pantalla de la maquina para ver el fatal desenlace.

-¡Ahgr! ¡Diablos!

-Sigues siendo un crío-Fueron sus palabras, directas como siempre, sacudiendo la camisa blanca y deteniéndose para mirarlo de reojo. Y pese lo claro que había quedado la burla, Kirihara no se inmutó. Copió su mirada de picardía y apagó la maquina para dejarla a un lado.

-Mira quien lo dice-Se defendió, y sus ojos verdes tomaron un brillo casi insano-De todas maneras, ¿que haces aquí?

-Lo mismo que tu, por lo visto-Y señaló con la cabeza la mochila de las raquetas de su interlocutor.

-No lo creo-Volvió la vista a las calles, inundadas por la lluvia que seguía cayendo. Luego procedió a encender de nueva cuenta su video juego, acabando por no hacerlo y fijándose discretamente en el niño que ahora acaparaba un trecho de la pared mientras se desataba los zapatos-Iba a las practicas y al empeorar el tiempo busqué refugio. No soy como ciertos idiotas que se desviven por un poco de entrenamiento cuando hay cosas mejores que hacer durante una tormenta-El brillo de sus ojos se acentuó-¿Es que piensas desnudarte?

Ryoma no se molestó en mirarle, y tentó a su suerte provocandolo con una sonrisa, mientras sus zapatillas deportivas eran dejadas a un lado.

-Suenas como si realmente quisieras que lo hiciera.

Y Kirihara, dejando olvidada su pasión por los videojuegos un segundo guardo la consola en uno de los bolsillos de su abrigo para inclinarse hasta quedar en pie, sin descuidar la sonrisa de su rostro.

-Si quisiera verte sin ropa te la hubiera sacado yo mismo.

Por supuesto, Ryoma no tuvo motivos para quedarse callado.

-Jum....Intentalo.

Akaya aun no tenia muy claro como la conversación se había tornado en aquel claro despliegue de orgullo y sensualidad por parte del pequeño. Tampoco iba a perder el tiempo pensándolo teniendo un Game live que parecía tan entretenido delante de sus narices.
Acabó emprendiendo su lenta pero corta caminata hacia el menor, pensando la razón exacta del acto, mientras Ryoma le daba la espalda, sacudiendo su gorra e intentando ordenar descuidadamente su pelo mojado. Por algún extraño motivo ya no sentía el frío golpeando su cuerpo, y el sonido constante de la lluvia pareció haberse vuelto ajeno al mundo.
Solo se veía a el, alcanzando una ínfima parte de sus recientes ambiciones, y no le desagradó del todo.

Alargó una sonrisa psicótica, quedando muy lejos de parecer decente, y alargó el brazo para posicionarlo en el hombro del contrario, ejerciendo una fuerza que no era necesaria.
Cuando ambos se quisieron dar cuenta, Ryoma era acorralado en el espacio de pared que antes ocupaba y Kirihara tenía la mente repletas de intenciones que no incluían el soltarle de las muñecas. Se había dejado llevar, como muchas veces en tiempo atrás. Pero esta vez dominaría él. No se enfadaría, no había motivos. Ese instante era solo suyo.

-Vaya, ¿me la vas a quitar de verdad?-Ryoma sonrió desde su posición nada ventajosa, sin apartar la mirada de los ojos verdes de Kirihara, mientras su opresor se pasaba la lengua por los labios, adelantándose para dársela a probar al mas pequeño, hundiéndose en un beso violento y desgarrador.

Kirihara no se mantuvo quieto, por lo que, como si el tiempo apremiara, rozó el pecho frío de Ryoma, notando el contraste de temperaturas y deslizando los dedos hasta uno de sus pezones, duros, y lo retorció hasta que Ryoma sintió la necesidad de zafarse del beso para quejarse con un gruñido.

-Interesante. Tienes mas expresiones que la arrogante. Apuesto a que no hace falta que te sujete-Y, confirmando las palabras, Kirihara apartó de el la mano con la que lo sujetaba, mirándolo desde su sobrepasable altura con una sonrisa ociosa.

Solo recibió una idéntica como respuesta.

No paso mucho tiempo del desenlace, donde Akaya dejaba mas que claro que no se andaría con sutilezas; mientras que Ryoma daba a entender que no se dejaría humillar. La lluvia seguía repiqueteando con fuerza a sus alrededores, ahogando cualquier sonido delatador que pudiese escapar de sus labios.
El pequeño yacía arrodillado frente al moreno, lanzandole una mirada tentadora, mientras el otro procedía a desabrochar el cierre de su pantalón sin dejar de retarle.

-Veamos como te desenvuelves, Echizen.-Puso énfasis en su nombre, mientras lo encaraba con su hombría semi erecta. Ryoma volvo a sonreír, y adelanto el rostro un palmo para apenas rozar con los labios su punta, sin descuidar sus gestos. Repitió la acción otra vez, esperando la reacción de Kirihara, que no tardo en llegar en forma de agarrón en su cabello aun húmedo, atrayendole y haciéndole engullir su miembro con un sutil movimiento de cadera.

Pronto tuvo que ladear la espalda e inclinar hacia atrás la cabeza en un gesto de placer. Era caliente, estrecho. Todo aquello le pareció tan obsceno que no encontró ningún motivo mas para no hacerlo.
Se encontró a si mismo poco después embistiendo con fuerza en su boca, mientras Ryoma sujetaba sus caderas. Y en su vorágine de placer, adelanto uno de sus pies para posarlo duramente en el pene aun escondido de su repentino amante, frotando de arriba a abajo hasta que escucho los gruñidos del otro.
Se aparto, dejándolo que recuperase la respiración.

-Ten en cuenta que esto no es para tu disfrute personal-Le dijo con saña-Es para el mio.

-Je...-Ryoma se incorporó, dejando caer el pantalón y todo lo que conllevaba tapar su piel. Al recargarse en la pared, alargo su eterna sonrisa de orgullo, como si todo lo que estaba pasando lo hubiera planeado el de antemano-Mada mada dane, Kirihara.

-Chts.Mocoso-Le dijo antes de lanzarse a el, mordiendo su cuello mientras sus manos bajaban hasta agarrar su erección, masajeandola contra la suya y explorando hasta mas atrás. Palpó el terreno con dos de sus dedos antes de volver a alzarlos y dárselos a lamer a Ryoma. Pero el pequeño parecía querer ponerle las cosas difíciles ese día.

Después de comprobar que la mirada de amenaza no funcionaba con el, le robó otro beso, compartiendo la tarea de lamer sus propios dedos para luego volver a su entrada, presionando el primero y, muy seguidamente, el segundo.

Ryoma arqueó la espalda.

-Esta estrecho aqui. ¿Duele? ¿Vas a llorar?-Kirihara estaba disfrutando todo aquello al máximo, recalcándolo con su humor agrio. Ryoma sin embargo, se le sujeto al hombro y,una vez mas, volvió a encararlo.

No basto nada mas para el moreno. Se estaba burlando de el. Frunció el ceño, moviendo ambos dedos en su interior, sacándolos y volviéndolos a meter con brío.

-Ahm...-Definitivamente aquello no era dolor,como pudo apreciar en su sonrisa.
Dio por finalizada la fase de previos para voltearle e inclinarle contra la pared, rozando su entrada una y otra vez mientras buscaba a tientas sus pezones, escuchando cada sonido que pudiera producir.

Ryoma se movió hacia atrás, impaciente. O al menos dándolo a entender. Y entonces Kirihara no se contuvo mas. Separó las nalgas del pequeño y comenzó a introducirse. No paso mucho cuando sintió demasiada presión para haberlo preparado previamente.

-Deja de apretar, Echizen-Alzo la voz. Ryoma giro la cabeza.

-¿Aun no te enfadas?-Interrogo, y Kirihara desfrunció el ceño en sorpresa.

-¿Que?

-Enfadate-Volvió la vista a la pared-Eso seria un verdadero reto-Finalizó con una arremetida hacia atrás, destensando su cuerpo y haciendo entrar a Akaya por completo; apretando los puños en la fría piedra de la pared.

-Ahh...-Kirihara le sujetó de las caderas, saliendo lentamente y volviendo a entrar de una vez, marcando un ritmo que tuvo que controlar para no venirse demasiado pronto.

Ryoma gemía bajo suyo, moviéndose todo lo que Kirihara le permitia. El frío invernal que les rodeaba había desaparecido. El sudor recorría ambos cuerpos, mezclándose y recorriendo juntos el camino hasta el suelo.
Kirihara adelantó una mano para acompañar a la de Ryoma en su virilidad, masturbandola a la velocidad de sus envites, alternando entre arremetidas cortas y nada suaves y largas y dolorosamente lentas.

-¡Ahh!¡Ahhh!-Perdió la cuenta de cuantas veces había tocado ese punto en su interior que le hacia vibrar. Tampoco quería ponerse a contar, pues en dos golpes mas se estaba viniendo en la inocente pared de aquel lugar que les había servido de refugio.

-¿Ya estas cansado?-Kirihara continuaba, sientiendo con delicia como aquellas paredes de carne se cerraban para el, rozando su masculinidad cada vez que se hundía dentro una y otra vez.

Soltando un gemido ronco también se descargó en aquella cálida cavidad, apretando entre sus dedos la piel pálida de Ryoma, deleitándose, embriagándose de aquella sensación antes de salir...

[...]

La lluvia amaino lo suficiente como para no llegar goteando a casa.
Ryoma termino de atarse los zapatos, se afirmó la mochila al hombro y miro a Kirihara, que ya se alejaba. Tomo ejemplo y empredió su marcha, escondiendo su mirada bajo la gorra y extendiendo una sonrisa.

-¿Tanto costaba hacerlo enfadar? Mada mada dane-Se dijo a si mismo, perdiéndose por una calle.

-¿Cuando volverá a llover?-Se preguntó Kirihara, mirando al cielo con expresión maquinadora. La próxima tormenta sabia perfectamente que es lo que haría.

Eso si sobrevivía a Sanada-fukubuchou, pues se había saltado el entrenamiento de ese día.
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2 comentarios:

  1. DEMASIADO BUENO XDD
    me encantooo!!
    seguire dandome vueltas por este blog *-*

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  2. Me encanto el fic! :3
    No tengo ni la mas minima idea de como llege a esta pagina, pero me gusto como narras... bueno a seguir de ociosa por la pagina

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