domingo, 7 de junio de 2009

Onii-chan

Advertencia: Shota.
Pareja: Kouni x Haruka.


No sabía cuándo se había vuelto una costumbre el despertarse con la sensación de ser observado. Una mirada fija, impaciente y escrutadora, como si pretendiese ver mas de lo que exponía.
Todo desde aquella primera noche que Kouni se había colado en su habitación, alertándolo y poniéndose a la defensiva ante cualquier ataque de alguna maléfica criatura deambulante.

De alguna forma ya se había acostumbrado a ser observado en silencio,mientras algunas veces pretendía dormir. Aquellos ojos tras los pliegues del dosel...le inquietaban en cierta forma. Como un hormigueo, parecido al que sintió aquella vez en el bar, cuando Kouni le había abrazado e insistido en llamarle `Hermano mayor´.

"Onii-chan..."

A Haruka le sonaba muy vergonzoso. Y mucho más cuando Kouni profesaba su extraño amor hacia él en incontables ocasiones. Se sentía raro...Pero a la vez muy reconfortado.

Aquella noche Hikojuuro se había preocupado en exceso por él, como siempre,dado que tras formar parte del grupo de Akira en su lucha contra los Kokuchi había estado investigando y trabajando hasta tarde para poder ser de utilidad, y dejar de depender de las ayudas de los chicos.
Fue cuando el mayordomo le había interrumpido, llorando como un desamparado para pedirle que descansara.

"Ha...¡Haruka-sama, usted ya es de mucha utilidad! Tiene que tomarse las cosas con calma o caerá enfermo...!" -algo así le entendió entre llantos.

Por lo que,después de darse una ducha, se enfundó en su pijama de invierno azul y se recostó en la amplia cama, aún repasando mentalmente aquellos datos que le traían de cabeza desde hacía tanto tiempo.
Miró a la ventana cerrada, e inconscientemente se preguntó si Kouni volvería a aparecer.
No le molestaba. Aunque algunas veces no podía relajarse.

Haruka cerró los ojos.
El viento movía las nubes,tapando la poca claridad de la luna con un silbido. El frufrú de los árboles comenzó de pronto,cada vez mas audible. Una brisa meció su cabello platinado y le recorrió un escalofrío por el cuerpo.
Fue cuando se alzó, quedando sentado en la cama mientras observaba la ventana abierta,haciendo bailar la cortina fina.

-¿Kouni-san?-Preguntó a la oscuridad de su habitación, pero todo permaneció inquietantemente en silencio. Escrutó cada rincón, mientras deslizaba la mano bajo la almohada y agarraba la ballesta; listo para enfrentar a cualquier presencia maligna, atento a cualquier movimiento, a cualquier sonido...

Cuando aquellos ojos emergieron de la nada, con un brillo peligroso y una rapidez inhumana. Haruka empuñó el arma y disparó justo cuando lo derribaban de vuelta a la cama,clavando la flecha en el techo de la habitación.
Forcejeó todo lo que su pequeño cuerpo pudo, hasta que la ballesta se soltó de sus manos y calló al suelo con un crujido. Después silencio.

-Ah, eso ha sido peligroso, Haru-chan.

Reconoció su voz, y su perfume. Incluso el peso que ejercía sobre él.

-¿Kouni-san?-Preguntó,mas que nada para asegurarse de su presencia. El rostro del mayor se acercó al suyo mientras continuaba sujetándole por las muñecas, sonriendo con su picardía habitual. Sus ojos, normalmente oscuros, se habían tornado color ámbar, y emanaba aquel aura que poseía cuando luchaba.

-No, no. Es "Onii-chan"-Dijo casi en un susurro, mientras Haruka notaba la fuerte presión que ejercían sus manos sobre él.

-¿Que haces aquí...Onii-chan?-Preguntó sin ningún motivo, viendo mas extraño aún el comportamiento de su visita.

-Solo quería ver a mi bello Haru-chan-Sonrió, pegando su mejilla a la de Haruka-.Eres increíblemente inocente, pero eres capaz de defenderte por ti mismo. Aunque...

Kouni dejó de hablar, y se había desplazado de la mejilla hasta la curvatura entre el hombro y el cuello, rozando con los labios y respirando acompasadamente hasta llegar a su oído.
Haruka se puso tenso.

-¿Por que no te defiendes de mi?-Preguntó Kouni momentos después, mascullando contra su pelo.

-¿De que hablas?-desconfió de que el mayor estuviera realmente bien, y la idea de que hubiese sido poseído por un Kokuchi le tensó aún más-¿Por que tendría que considerarte un enemigo?

Kouni se limitó a sonreír, entreabriendo los labios y acariciando con la lengua el cuello del menor, al que le recorrió un escalofrío por la espina dorsal que lo dejó paralizado unos segundos, intentando procesar y comprender lo que ocurría.

-Deja que tu Onii-chan cuide de ti-dijo antes de tomarse la libertad de besarle, forzando la entrada de su lengua inquieta a la inexperta y tibia cavidad del menor, que apretó los ojos con fuerza, notando sus mejillas arder con furia.

Y antes de poder pedir una explicación o de tan siquiera preguntarse el por que de todo aquello,vio la camisa de su pijama caer al suelo,mientras sentía los labios y la lengua de Kouni bajar por su cuello y mordiéndolo con fuerza, haciendo que se removiera inquieto.

-¡Kou-san!-se quejó con aquella voz tan dulce, que no hizo mas que incrementar el deseo del mayor.
Después de todo Haruka era como un perfecto muñeco de porcelana que guardas concienzudamente en el estante mas alto para que nadie pudiese tocarlo; pero al que ansiabas mancillar de alguna forma.

Haruka se vio atado de manos con una de las fuertes cintas de las ropas de Kouni, mientras el Rei pellizcaba y lamía aquellos botoncitos de piel tan claros y temblorosos, escuchando las quejas poco convincentes de Haruka como trasfondo.

-No debes mentir, Haru-chan-se permitió una sonrisa demoníaca antes de bajar a su estómago, acariciando con los dedos el elástico del pantalón-.Estás muy animado por aquí.

-No...-entrecerró los ojos, sintiendo sus mejillas arder como nunca, avergonzado y sin saber como reaccionar ante las caricias de Kouni, que se tomó su tiempo antes de despojarlo de la ropa restante, mientras mordía su piel blanca hasta marcarla o besaba sus labios una y otra vez, arrebatandole el aire.

Haruka tiró de sus ataduras, nervioso al verlo bajar a su entrepierna, sintiendo un cosquilleo demasiado placentero recorrer su médula espinal.

-Desá...tame...¡Ahh!-no pudo evitar olvidarse de lo que decía cuando una boca cálida y húmeda lo envolvió haciéndolo arquearse y removerse, buscando soltarse.
Kouni no tuvo problema en abarcarla por completo, ascendiendo y descendiendo, torturando con la lengua a los puntos mas sensibles del pequeño, mientras sus manos se colaban por todo su cuerpo, rozando su entrada temblorosa y oyéndolo quejarse en la distancia.

-Eres realmente delicioso, Haru-chan-se levantó, limpiándose el hilo de saliva de sus labios con una larga sonrisa. A continuación, y sin dejar de mirar el rostro desfallecido de Haruka, desabrochó su propio pantalón hasta dejar expuesto su miembro orgullosamente erecto.

El menor apartó la vista, aturdido ante la sangre que se agolpaba en la cara.

-No te asustes-dijo en un susurro, levantándose sobre la cama para sentarse a gatas sobre el estómago de Haruka-.A pesar de tener esta carita seguro que se te da bien.

Kouni lo sujetó por el mentón para encararlo. Su virilidad rozó su mejilla, deslizándose hasta sus labios. Haruka tembló ante la tibieza, insistiendo en no mirar nada de aquello. Kou lo sujetó del pelo, haciéndole lamer dos de sus dedos hasta lograr que tragase su pene por completo en una primera embestida nada compasiva.

-No me muerdas-dijo, y algo le decía a Haruka que le pasaría cualquier cosa horrible si no le obedecía-.Aprieta la garganta,puedes hacerlo, ¿verdad?

El pequeño obedeció, mientras resultaba bastante difícil respirar.

"Oni-chan es...demasiado grande..."

En un momento, Kouni se inclinó hacia delante, apoyando un brazo para retener su peso en la pared,mientras la otra presionaba ligeramente el cabello plateado de Haruka. Sus caderas comenzaron un vaivén mas rápido, tomándose menos tiempo en cada embestida,intentando profundizar aún más en aquella boca que le quemaba.

-¡Mngh!-se arqueó lo que pudo aún teniendo el peso de Kouni encima, sacando del trance en el que de alguna forma se había hundido el mayor.

-Paremos aquí, no quisiera correrme antes de tiempo-dijo, sin quitar su sonrisa simpática, observando como Haruka recuperaba el aire a bocanadas una vez su boca quedó libre.

Tras levantarse y volver a tomar posiciones entre sus piernas, descubrió que el orgasmo de Haruka salpicaba su abdomen. Volvió a alargar los labios y lo miró de reojo, casi teniendo la intención de humillarle en aquel preciso momento.

-Que malo eres-Haruka sintió la intensidad de sus ojos ámbar-.¿Te has corrido solo? Eso no se hace-deslizó sus dedos mientras hablaba, colando uno lubricado con su propio semen dentro de Haruka, que volvió a soltar un grito sorpresivo.

-Lo...Lo siento...Oni-chan...-sollozó.

-Así me gusta-dilató su estrecho interior con un movimiento circular antes de introducir un segundo dedo,haciéndolo gemir mas alto y contraerse-Tu hermano está muy orgulloso de ti, estás siendo muy obediente, Haru-chan.

Haruka asintió suavemente con la cabeza antes de volver a gritar. Se le escaparon las lagrimas y observó como Kouni se pasaba la lengua por los labios.Había introducido el tercer dedo y dolía. Sentirlo forzar la entrada se sentía incómodo y le llevo a intentar soltarse de nuevo.

-No aprietes, Haru-dijo Kouni, dando por finalizada la preparación y ajustándose las delgadas piernas de Haruka a la cintura-.Si no te relajas dolerá mas. Y no quieres que duela, ¿verdad?

-N...No...No,por favor...-tembló.

-Buen chico-frotó la punta de mi miembro en su entrada-.Ahora respira hondo-ordenó luego, inclinándose hacia delante. Haruka vio conveniente hacerle caso. Cogió aire antes de que Kouni, con un gesto brusco, le tapara la boca con la mano mientras invadía su cuerpo con toda su fuerza en una embestida.

Sus mejillas se encendieron y sus ojos se abnegaron en lágrimas. La fuerza para moverse y escapar le había abandonado al proferir un largo grito de queja que quedó ahogado en la mano de Kouni, que entrecerraba los ojos como hundido en su propio placer.

"¡Duele! Duele mucho...Onii-chan..."

-Por eso te dije que te relajaras-sonrió con simpatía-.Ahora voy a moverme, así que deja de apretar.

-¡Mmngh...!-le miró, suplicándole que se quedara quieto.

-¿De que te quejas? Ya estás otra vez así...-pasó el dedo índice fugazmente por la pequeña y dura virilidad antes de sujetarle por los muslos y retroceder, moviéndose quedamente entre embestidas cortas y largas.
Apartándole la mano de la boca le beso, acariciando su pecho en un intento por destensarle mientras continuaba a un ritmo que para él era exasperantemente lento.

-...chan...Onii-chan...Me haces daño...¡Uahhh!-se volvió a quejar cuando Kouni le mordió el labio inferior.

-Vamos, Haru. Seguro que te gusta que te toque aquí-bajó sus dedos inquietos a sus pezones para retorcerlos-.¿O que tal por aquí?-Envolvió su erección para masajearla al ritmo de sus envites, que iban ganando fuerza y velocidad por segundos.

-¡No!¡Mas rápido...no!¡Ahhhh!¡Me duele, duele!

Kouni observó su rostro asustado, intentando comprender lo que ocurría. Aunque tratándose de Haruka, las explicaciones sobraban.
Empujó mas adentro, sacandole una expresión de dolor agudo al niño, que seguía llorando. En proceso estaba de otra fuerte arremetida cuando Haruka llegó a su segundo orgasmo en la mano de Kouni, que se detuvo dentro de él para no escatimar en detalles en la expresión del menor.

-Que pervertido-dijo, relamiendo sus dedos-.Ya van dos, y yo no he llegado ni una sola vez. Que envidia, Haru.

-Onii--chan...-hipó-.Mis manos...desátame, por fa...¡¡aahhh!!-gimió al techo cuando Kouni continuó moviéndose, ayudándose de sus manos para profundizar y golpear aquel punto dentro del pequeño cuerpo que le hacia estremecerse y gritar.

-Eres tan condenadamente estrecho, Haru...-rió entre jadeos,atrapando con los dientes todas las porciones de piel que alcanzaba del cuerpo ajeno, marcandolas sin consideración ni conciencia, besandole profundamente para acallarle hasta que se paralizó con un gemido ronco, culminando dentro de Haru, que no se movió.

Finalmente, Kouni se dejó caer sobre él, recuperando la respiración antes de salir de su interior.
Predominó el silencio. La cortina de la ventana se agitaba suavemente con la brisa. Los sollozos ligeros de Haruka se iban apagado conforme los minutos pasaban. El frufrú de las mantas al levantarse Kouni, que se sentó a un lado y sacó un cigarrillo, prendiéndolo y dando una larga calada mientras observaba el techo alto.
De reojo miró a Haruka. Chasqueó los dedos y las cintas que le ataban desaparecieron,dejando un surco enrojecido alrededor de sus muñecas.

El niño se acarició las heridas escondiéndolas en su pecho desnudo. Se sentía sucio y adolorido,con ganas de que terminase todo aquello. Que Kouni desapareciese por la ventana y que todo fuese normal al día siguiente.

-¿Por que has hecho...?-comenzó a preguntar, en un tono de voz desgastado-.Tu...¿Me odias?

Kouni apartó la vista, sujetó el tabaco con los dedos y soltó el humo.

-No te odio.

-Entonces, ¿por qué?-Intentó incorporarse,pero el dolor agudo en sus bajos solo le permitió apoyarse en sus codos para mirarle con el entrecejo fruncido.

Kouni volvió a tomarse su tiempo para contestar, devolviendole una mirada tranquila y una sonrisa disfrazada de amabilidad.

-Solo tenía ganas de joder a alguien-ante la sorpresa del menor, alargó la sonrisa hasta parecer perverso y continuó-.Pero me temo que Akira, que era mi primera opción, estaba sumamente entretenido con el bastardo de Shirogane.

Dio una larga calada y volvió a soltarla con un bufido. A continuación se levantó, se acercó a la ventana y lo arrojó fuera. Haruka volvió a intentar levantarse para poder darse una ducha reparadora, imaginando que el asaltante se preparaba para su marcha.

No puede menos que sorprenderse cuando se ve inmovilizado de nuevo en la cama, viendo los ojos ámbar de Kouni destacando en la oscuridad mas que nunca.

-¿A dónde te crees que vas?-preguntó, burlón-.Espero que no pienses que hemos acabado. Los adultos no nos conformamos con tan poco.

-¿Kou...san?-volvió a asustarse. Vió como inexplicablemente Kouni se sentaba hasta apoyarse contra el cabecero y le colocaba a horcajadas sobre él.

-No es "Kou-san". Es Onii-chan, ¿recuerdas?-le sujetó la cadera y lo empujó hacia abajo-.Vamos, Haru-chan; esta vez te moverás tu. Nos queda mucha noche por delante...

[...]

-¿Haruka-sama?

La voz ronca de Hikojurou le hizo removerse en la cama. El sol le dio en la cara, provocando que se tapase hasta arriba con la manta.

-Haruka-sama,es hora de levantarse-escuchó a su mayordomo hablarle desde un lado de la cama, y supuso que se quedaría allí hasta no verlo despierto.
Despacio, apartó la colcha mientras se sentaba, haciendo una mueca de dolor cuando el peso recayó sobre sus bajos.

-¿¡Se encuentra bien,Haruka-sama!?-saltó el preocupado hombre-.¿Tiene fiebre? ¿No se abrigó bien anoche? Será mejor que descanse hoy por si...

-Hikojuuro-lo cortó antes de que continuase incansablemente con su vena de madre-,está bien. Me tomaré la mañana libre.

-¡Haruka-sama!-se limpió las lagrimillas emocionadas con su pañuelo-¡Le traeré el desayuno, usted no se mueva!-y salió de inmediato, cerrando la puerta tras de si.

Haruka desvió la vista a la ventana. No recordaba haberse dormido, pero sentía que seguía necesitando un baño. Miró la colcha por unos segundos antes de apartarla. No llevaba el pantalón del pijama y tenía marcas por los muslos. Acarició con sus dedos el interior de su entrepierna y volvió a alzar la mano frente a su cara, viendo como sus múltiples orgasmos y los de Kouni resbalaban por ella.

Se le escapó una sonrisita y lamió sutilmente su dedo índice.

-Onii-chan...

La noche pasada sería muy difícil de olvidar. Después de todo, ser observado desde las sombras no era tan malo.

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