Pareja: Kirihara/Ryoma
Género: Yaoi Light
- Sueño -
El cuerpo frente a el se movía, hipnotizandolo, apoderándose de toda la concentración de la que era capaz.
Sus mejillas ardiendo, sus parpados apretados, mientras de sus labios salían suspiros, deleitando aun mas la visión de la que Akaya era testigo en ese momento.
Alargo la sonrisa cuando Ryoma abrió lentamente los ojos, licuados por el deseo y las ganas de continuar con aquel juego, pasándose la lengua por el labio inferior al tiempo que se levantaba y mostraba su esplendida y en apariencia delicada figura; incitándolo de manera muy directa a dejarle claro quien mandaba.
Kirihara no se hizo esperar. Lo atrapó bajo su peso en aquella habitación que parecía alejada del mundo, procediendo a la acción que el pequeño le rogaba entre gemidos.
-Kirihara-san...-Una voz de caramelo susurrándole al oído, sin rastro de arrogancia o prepotencia, solo dedicada a el.
Era el pretendiente perfecto: sumiso, tranquilo...Se felicitaba interiormente por haber conseguido por fin tener a Ryoma justo como quería, por ser el único que lo conseguía realmente.
Lo beso con urgencia al estar reclamandoselo, mientras se abría paso dentro suyo lentamente, ignorando las quejas y peticiones del pequeño.
-No tengas prisa-Le dijo, y se lamió la comisura de los labios-Sabes que me tomare mi tiempo...-y disfruto del temblor que se extendió por el cuerpo de Ryoma tras sus palabras.
-Ah, yo...-Susurro, y abrió mas las piernas en una provocación mayor.
-Eres un pequeño pervertido-Kirihara se alejo, bajando entre algún mordisco a la entrepierna, en la cual vacilo por el simple hecho de fastidiar antes de comenzar.
El grito que dio Ryoma, seguido del apretón que le propino en el cabello hizo alzar la mirada para contemplar con orgullo como su caprichoso amante estaba a muy poco de derramar lagrimas frustradas. Se sonrió y continuó con su labor, cada vez mas lento, mas imperceptible.
-Ahh,Kiri...hara-san...
-¿Quieres algo?-Jugueteó.
-Mmm...-Se sonrojo muchísimo mas al sentirse minuciosamente observado- Solo... Hazlo...
-¿El que?-se hizo el desatendido, mientras rozaba con intención uno de los pezones.
-¡Ugh! Por favor...Ahora...Es la ultima parada.
-¿Eh?-Eso no encajaba con lo que tenia planeado.
-Despierta-y la voz de Ryoma no era ni la mitad de modosa que antes. Un zarandeo en su hombro disperso la apetitosa imagen que tenia frente a el, donde Ryoma perdía la paciencia y comenzaba a tocarse...
-¿Ah?-y en su lugar apareció la parte de atrás del asiendo de un autobús.
-Joven, es la ultima parada...-Le avisó el chófer, y se enderezó de inmediato, tomando conciencia de donde estaba y adonde se dirigía.
Otra vez se había quedado dormido, y como no, otra vez llegaría tarde al entrenamiento. Se bajo, observando las puertas del Seigaku mientras sacaba el teléfono móvil para avisar de su retraso.
-¿Otra vez a espiar?-Una voz tan parecida a la de su sueño, pero a la vez tan odiosamente distinta.
-No necesito eso para ganarte, Echizen-Le dijo, mientras el menor pasaba de largo.
-No. Necesitarías mas que eso.
Lo vio alejarse,mientras pensaba que por mucho que quisiera esforzarse, los sueños son sueños.
La próxima vez que quisiera verlo en tal estado solo tenia que dormirse, en lugar de malgastar su tiempo en esfuerzos inútiles.
Género: Yaoi Light
- Sueño -
El cuerpo frente a el se movía, hipnotizandolo, apoderándose de toda la concentración de la que era capaz.
Sus mejillas ardiendo, sus parpados apretados, mientras de sus labios salían suspiros, deleitando aun mas la visión de la que Akaya era testigo en ese momento.
Alargo la sonrisa cuando Ryoma abrió lentamente los ojos, licuados por el deseo y las ganas de continuar con aquel juego, pasándose la lengua por el labio inferior al tiempo que se levantaba y mostraba su esplendida y en apariencia delicada figura; incitándolo de manera muy directa a dejarle claro quien mandaba.
Kirihara no se hizo esperar. Lo atrapó bajo su peso en aquella habitación que parecía alejada del mundo, procediendo a la acción que el pequeño le rogaba entre gemidos.
-Kirihara-san...-Una voz de caramelo susurrándole al oído, sin rastro de arrogancia o prepotencia, solo dedicada a el.
Era el pretendiente perfecto: sumiso, tranquilo...Se felicitaba interiormente por haber conseguido por fin tener a Ryoma justo como quería, por ser el único que lo conseguía realmente.
Lo beso con urgencia al estar reclamandoselo, mientras se abría paso dentro suyo lentamente, ignorando las quejas y peticiones del pequeño.
-No tengas prisa-Le dijo, y se lamió la comisura de los labios-Sabes que me tomare mi tiempo...-y disfruto del temblor que se extendió por el cuerpo de Ryoma tras sus palabras.
-Ah, yo...-Susurro, y abrió mas las piernas en una provocación mayor.
-Eres un pequeño pervertido-Kirihara se alejo, bajando entre algún mordisco a la entrepierna, en la cual vacilo por el simple hecho de fastidiar antes de comenzar.
El grito que dio Ryoma, seguido del apretón que le propino en el cabello hizo alzar la mirada para contemplar con orgullo como su caprichoso amante estaba a muy poco de derramar lagrimas frustradas. Se sonrió y continuó con su labor, cada vez mas lento, mas imperceptible.
-Ahh,Kiri...hara-san...
-¿Quieres algo?-Jugueteó.
-Mmm...-Se sonrojo muchísimo mas al sentirse minuciosamente observado- Solo... Hazlo...
-¿El que?-se hizo el desatendido, mientras rozaba con intención uno de los pezones.
-¡Ugh! Por favor...Ahora...Es la ultima parada.
-¿Eh?-Eso no encajaba con lo que tenia planeado.
-Despierta-y la voz de Ryoma no era ni la mitad de modosa que antes. Un zarandeo en su hombro disperso la apetitosa imagen que tenia frente a el, donde Ryoma perdía la paciencia y comenzaba a tocarse...
-¿Ah?-y en su lugar apareció la parte de atrás del asiendo de un autobús.
-Joven, es la ultima parada...-Le avisó el chófer, y se enderezó de inmediato, tomando conciencia de donde estaba y adonde se dirigía.
Otra vez se había quedado dormido, y como no, otra vez llegaría tarde al entrenamiento. Se bajo, observando las puertas del Seigaku mientras sacaba el teléfono móvil para avisar de su retraso.
-¿Otra vez a espiar?-Una voz tan parecida a la de su sueño, pero a la vez tan odiosamente distinta.
-No necesito eso para ganarte, Echizen-Le dijo, mientras el menor pasaba de largo.
-No. Necesitarías mas que eso.
Lo vio alejarse,mientras pensaba que por mucho que quisiera esforzarse, los sueños son sueños.
La próxima vez que quisiera verlo en tal estado solo tenia que dormirse, en lugar de malgastar su tiempo en esfuerzos inútiles.
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